Ambientada un año después de los eventos de la segunda película, Hipo (Jay Baruchel) ha asumido su lugar como líder de la aldea de Berk, la isla de vikingos y dragones que, después de la muerte de su padre, ha continuado su proceso para convertirse en una colorida comunidad atiborrada de humanos y dragones viviendo juntos. Al lado de su valiente novia Astrid (America Ferrera) y de su inseparable dragón Chimuelo, Hipo se ha mantenido fiel a la misión, inculcada por su recién encontrada madre Valka (Cate Blanchett), de liberar dragones que estén en cautiverio y llevarlos a la isla de Berk. La tarea toma una abrupta pausa con la llegada del buscador de dragones Grimmel (F. Murray Abraham), quien está determinado a destruir esta utopía. Mientras los aldeanos buscan una solución para llevar a los dragones a un lugar seguro, Chimuelo se ve atraído hacia una nueva integrante del clan, una dragón Light Fury. Ahora será el dragón el que tendrá que reafirmar la realidad de su relación con Hipo.
Después de las dos primeras entregas de la franquicia basadas en la serie de libros de la autora británica Cressida Cowell, el director Dean DeBlois, ha establecido una sólida saga con el giro que le dio a la clásica historia ‘un niño y su perro’. Ahora es tiempo de llevar esa saga a su final y, para hacerlo, DeBlois ha decidido que el conflicto principal debe recaer en la relación de sus dos protagonistas y no tanto así en la llegada de un nuevo y más poderoso villano. Esto permite ahondar en la madurez que Hipo y Chimuelo han desarrollado a lo largo de las películas previas y, también, en las características que siguen siendo inherentes a ambos. En muchos aspectos, Hipo sigue siendo inseguro respecto a la toma de decisiones, mientras Astrid sigue siendo el fuerte apoyo que no duda en lo que se tiene que hacer. Pero este capítulo encuentra a los personajes principales explorando las diferentes maneras en las que la adultez puede traer cambios significativos en la manera de pensar y en lo que es necesario dejar atrás. Por otro lado, la animación generada por computadora logra detallar nuevas características en las expresiones de los personajes (brindándoles más profundidad) y de su entorno, particularmente los elementos que contienen agua y fuego. El resto de personajes, principalmente los amigos de Hipo, dan el toque de comedia que aligera el tono de la aventura sin distraer demasiado del conflicto principal que se dirige a una conclusión emocionante y conmovedora para terminar de confirmar que la historia de Hipo y Chimuelo es una sólida enseñanza de amistad y descubrimiento personal.
Fecha de estreno en México: 1 de febrero, 2019.