Tras algunos meses de haber perdido a su compañero en una misión, Garza (Omar Chaparro), quien apresó al asesino de su amigo, Santos (Erick Elías), ahora deberá ayudarlo a salir de la cárcel, poniendo en juego su credibilidad como policía. El equipo de malhechores de Santos ha secuestrado a la novia embarazada de Garza, María (Aislinn Derbez). Ahora Garza comenzará una aventura en la que habrá balazos, persecuciones y un regordete hacker gringo, Vic (Joey Morgan).
Compadres es un filme de acción que comparte muchos de los defectos del género en su versión más clásica: peleas sin demasiada lógica, héroes invencibles que se salvan una y otra vez de milagro, tiene un arco narrativo predecible, es eminentemente masculina (por no decir machista), solo existen las mujeres guapas y delgadas, y siempre están inexplicablemente maquilladas y peinadas. Sin embargo, a diferencia de todos los filmes de acción que siguen estas reglas, Compadres es mexicano y, aún así, no se le ven los hilos. Las escenas de acción funcionan. El guion de Ted Perkins, el director Enrique Begne y Gabriel Ripstein, a diferencia de lo que sucede con buena parte de los guiones que llegan a las pantallas de México, se nota trabajado y funciona. No solo no se avergüenza de su origen, le saca provecho. Le da la vuelta a los clichés que Hollywood impone a los mexicanos, con un protagonista que es policía, derecho y creíble, rodeado de personas que ofrecen claroscuros sobre el panorama del crimen en este país. Hay un personaje estadounidense del que los mexicanos se burlan por encarnar el prototipo del gringo gordo y teto. Pero incluso a él se le da un trato más complejo conforme avanza la trama. Se insertan temas que son nobles e importantes pensando en la violencia cada vez más enraizada por la que se pasa en este país: como el perdón y la noción de que pueda haber policías honestos en un contexto de extrema corrupción y codicia (como la realidad demostró con la manera en la que El Chapo fue aprehendido). Y aunque hay mucho humor negro que se mofa de la muerte, ésta no está totalmente deshumanizada. A falta de star system nacional, recurrieron a figuras de la televisión abierta y, milagrosamente, la película se sigue conservando como película. Las actuaciones son dignas. Los valores de producción son muy altos, siempre perfilados para darle un sentido comercial al trabajo: la edición es vertiginosa, el tratamiento de color es intenso para darle más vigor a la trama; el diseño de sonido, con algunos detalles interesantes, es estruendoso y llamativo, y la música abona al buen ritmo de una historia cuya importancia no es la historia en sí, sino el paradigma de calidad que esta película de acción impone en la incipiente industria cinematográfica mexicana.
Fecha de estreno en México: marzo 31, 2016.