En la víspera de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2004, la periodista Mary Mapes (Cate Blanchett) y el veterano presentador de noticias, Dan Rather (Robert Redford), reúnen a un equipo de investigadores, incluyendo a Mike Smith (Topher Grace), Roger Charles (Dennis Quaid) y Lucy Scott (Elisabeth Moss), para averiguar por qué, supuestamente, George W. Bush, mediante las influencias que su adinerada familia tenía en la Guardia Aérea Nacional, evitó, cuando era joven, participar en el despliegue en Vietnam. Aprovechando que la popularidad del presidente ha disminuido durante su campaña de reelección, la investigación tiene el potencial para desacreditarlo; Mapes y su equipo persiguen persistentemente a los testigos en un intento por construir un reportaje veraz con pruebas y argumentos para poder presentarlo en el horario estelar de la cadena CBS durante el programa 60 Minutes.
Basado en Truth and Duty, el libro de memorias de Mapes, Conspiración y poder (Truth, 2015), el debut como director del guionista James Vanderbilt (Zodiac, 2007; The Amazing Spider-Man, 2012), es un thriller político heredero del impulso democrático y la pasión cívica de muchos de los miembros del Nuevo Cine de Hollywood, donde cineastas como Alan J. Pakula, Sydney Pollack y Sidney Lumet configuraron una narrativa de investigación en torno a los trucos sucios del sistema político estadounidense. En el caso de Conspiración y poder, una vez que se da a conocer una carta que evidencia la evasión de las responsabilidades militares de Bush, comienza una guerra donde las esferas más altas del poder hacen todo lo posible para desacreditar a los periodistas. El guión logra mantener el equilibrio entre cómo se vive al interior de las trincheras de la información y cómo los escándalos afectan a los periodistas en la dimensión de lo privado, mostrando los dilemas entre el compromiso social y la necesidad de salvar la reputación profesional. Mary Mapes es un personaje bien esbozado, cuya luz y sombra arrojan la complejidad suficiente para, aunado a la fuerza magnética de Cate Blanchett, interesar al espectador en cómo resolverá la crisis profesional que atraviesa. A nivel de dirección, Vanderbilt se siente demasiado cómodo con el talento de Blanchett y Redford, pero se limita al uso del plano-contraplano, una estrategia exacerbada y redundante que evita el surgimiento de alguna propuesta visual de mayor interés y deleite. Además, el director abusa de la banda sonora de Brian Tyler para hacer hincapié en el aspecto emocional de los personajes. Aunque el filme posee la tensión suficiente para tejer las trampas de un thriller político, Vanderbilt no logra sostener el tono y descaradamente cae en el melodrama con diálogos y situaciones demasiado calculadas que resultan incongruentes con el rigor planteado al principio del filme.
Fecha de estreno en México: 24 de marzo, 2016.