Ella es madre, francesa e intensa. Él es escritor, inglés y se llama James Miller. Ellos se encuentran, se conocen y se inventan su propia historia. Los pretextos: su libro sobre la validez de las copias, un autógrafo para la hermana de ella, y la eterna discusión sobre la autenticidad del arte y del sentir humano. Juntos recorren la villa de Lucignano, en la Toscana italiana, como si fueran amantes y se conocieran de toda la vida. Juntos se construyen una mentira, tan natural y precisa que parece real.
Abbas Kiarostami, de origen iraní y autor de filmes sensibles y profundos como A través de los olivos (1994) y El sabor de las cerezas (1997), presenta una película amena y digerible en su primer acercamiento al cine occidental (el proyecto es una co-producción entre Francia, Irán e Italia y cuenta con la participación de Juliette Binoche), pero igual de contundente que sus relatos anteriores. De nueva cuenta, el realizador de Shirin (2008) analiza el juego de la representación y la verdad, a través del mundo del arte y de una relación espontánea entre dos adultos en crisis de la edad media.
MRG
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