Resulta peculiar encontrar documentales sobre los procesos de creación cinematográfica que estén a la altura de las películas mismas. Burden of Dreams (1982) sobre las adversidades climatológicas y el desafío de subir una embarcación en una montaña en Fitzcarraldo (1982) de Werner Herzog; Lost in La Mancha (2002) que se convirtió en una especie de leyenda y archivo histórico sobre las peripecias y desventuras de The Man Who Killed Don Quixote, que Terry Gilliam finalmente pudo concretar hace un par de años; y Hearts of Darkness: A Filmmaker's Apocalypse (1991), una especie de compendio y diario fílmico sobre la confección de Apocalypse Now. El título del documental es un tributo explícito a la fuente de inspiración de la icónica película de Francis Ford Coppola: la novela Heart of Darkness de Joseph Conrad, publicada en 1899. El movimiento es apropiado, ya que, en la creación de su película sobre la guerra de Vietnam, Coppola y su equipo de trabajo emprendieron un viaje a la jungla y dentro de su propia psique, no muy distinto al trayecto del propio Kurtz.
El director le pidió a su esposa, Eleanor Coppola, registrar todo el proceso sobre la realización de la película. Sin embargo, además del registro del material solicitado, ella grabó varias cintas de audio sin el conocimiento de su esposo. El resultado es un retrato fascinante, vívido y complejo de un artista obsesionado que tuvo que, metafóricamente, descender a los infiernos, para materializar sus ideas. Los cineastas Fax Bahr y George Hickenlooper se interesaron tanto en estos materiales de Eleanor que decidieron unir esfuerzos para llevar a cabo una serie de entrevistas no sólo con el director, sino también con gran parte del equipo para reconstruir los eventos que llevaron al borde del desastre y la creación de una obra maestra. Hearts of Darkness documenta una producción cinematográfica plagada de una serie de desastres aparentemente insuperables. A medida que el presupuesto de producción ya no alcanzaba y el calendario de rodaje se descarriló (de 16 semanas a 238 días), Coppola debe lidiar con múltiples problemas, por ejemplo, el ataque cardíaco de Martin Sheen, la locura inducida por drogas de Dennis Hopper y la corpulencia de Marlon Brando. Las imágenes tomadas del lugar de rodaje del filme, en Filipinas, evidencian cómo el proceso de filmación tiene el potencial de destruir literalmente a una persona, tanto física como mentalmente. Además, se intercalan escenas clave de Apocalypse Now para ilustrar los eventos que se describen. El resultado final ofrece una emoción voyerista. Es maravilloso ver cómo se construyeron esas magníficas escenas llenas de cohetes, fuego, pirotecnia, helicópteros y, en un disparo particularmente revelador, Coppola y su equipo se muestran arrojando flechas al alcance de la cámara para obtener la ilusión de mil disparos de flechas. El director admite que estaba usando el guion escrito por John Milius como una plantilla aproximada, pero no una guía definitiva. Lo que él realmente quería era viajar profundamente en el corazón de la oscuridad y volver con su película, tal como le dice a una audiencia en el festival de cine de Cannes, “la película no representa Vietnam, es Vietnam”.
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