Witold (Jonathan Genet), un joven desertor de la escuela de Derecho, decide alejarse de las dinámicas urbanas para instalarse en una casa de huéspedes ubicada en un bosque de Portugal, donde espera escribir una novela sofisticada y brillante. En compañía de su vertiginoso amigo Fuchs (Johan Libéreau), quien ha renunciado al trabajo que tenía en una empresa de moda parisina, Witold comienza a relacionarse con los extravagantes y peculiares residentes de la pensión, incluyendo a un banquero jubilado (Jean-François Balmer) y su paranoica esposa (Sabine Azéma)–. Además de lidiar con los comportamientos inexplicables de estas personas y los oscuros presagios (un gorrión ahorcado) que rodean la casa, Witold desarrolla una serie de obsesiones peligrosas vinculadas a la deformidad física de los labios de la sirvienta (Clémentine Pons) y la belleza física de la joven Lena (Victória Guerra).
Después de 15 años de ausencia en la escena cinematográfica, el fallecido cineasta polaco, Andrzej Zulawski, elaboró Cosmos (2015) –basado en la novela de Witold Gombrowicz– una película compleja, inquietante y enigmática que retoma muchos elementos del teatro surrealista del absurdo. “Abandonad toda esperanza, vosotros que entran aquí”; las palabras de Dante embonan perfectamente con la propuesta de Cosmos, principalmente si el espectador tiene la esperanza de hallar realismo, verosimilitud y una narrativa lineal. La frase del poeta italiano también describe a los dos jóvenes protagonistas, Witold y Fuchs, que ingresan en una pequeña casa de los horrores, con un jardín donde se producen hechos inquietantes que suenan como advertencias macabras, una dimensión claustrofóbica con reminiscencias a los espacios de El ángel exterminador (1962) de Luis Buñuel. Este juego irreverente y sensual, lleno de bromas impetuosas, delicada poesía y neologismos dadaístas, que oscila entre el drama trágico, la historia de amor, la farsa exaltada y la cruda parodia, es un maravilloso despliegue del espíritu surrealista de Zulawski. Visualmente, el director enfatiza las cualidades y detalles físicos de sus personajes, pero son los rápidos e inesperados movimientos de cámara, los abruptos cortes en la edición y el prominente uso de la música, los que generan una atmósfera desconcertante y una sensación de desorientación constante. Cosmos es una superposición de citas artísticas donde conviven Dante y Sartre, Chaplin y Pasolini, Star Wars y el fantasma de Hamlet, y por supuesto el mismo Gombrowicz, pero también es el retrato de las preocupaciones de la sociedad burguesa y de las limitaciones para comprender sus propias circunstancias. Es una historia sobre cómo funciona la mente humana, un cruel ataque contra la falta de imaginación, una representación sobre los modos en que se conjugan arbitrariamente las imágenes y las palabras, es el universo imaginario de las cosas y cómo es visto, percibido y pensado por el cuerpo, y también es una muestra sobre cómo el proceso creativo es auténticamente una forma de locura.
Consulta horarios en: Cineteca Nacional, Cinépolis
Fecha de estreno en México: 11 de noviembre, 2016.