Anna (Bel Powley) pasó su vida encerrada en un desván, criada por Daddy (Brad Dourif), un hombre mayor que llena la cabeza de la niña de historias sobre un mundo que alguna vez estuvo lleno de “criaturas salvajes”, manteniéndola alejada de la realidad mientras construye una fantasía para ella. A medida que madura, papá espera detener su crecimiento natural, inyectándole sustancias diariamente para evitar que llegue su feminidad. Incapaz de controlar la situación, el hombre desaparece, dejando a Anna expuesta al mundo real -uno que no comprende-, y luego es colocada bajo el cuidado de la oficial Cooper (Liv Tyler), que vive con su hermano menor, Ray (Collin Kelly-Sordelet). Tratando de ofrecerle a Anna una vida normal con amor, atención y una educación escolar, Cooper lucha por sentirse cómoda con la nueva llegada, convirtiéndose en una figura materna para la niña confundida. A medida que pasan las semanas, el extraño actuar de Anna despierta la curiosidad de la comunidad; ella ahora está libre de medicamentos y comienza a experimentar un despertar desde lo más profundo, lo que genera pánico a medida que los cambios se apoderan de su cuerpo.
Criaturas nocturnas (Wildling, 2018), primer largometraje de ficción del cineasta alemán, Friitz Böhm, es un cuento de hadas obscuro, místico y elegante que, tan pronto como Anna se encuentra a merced de su repentina adolescencia, disfruta trabajando sobre la metáfora del monstruo como la madurez sexual femenina, convirtiendo la serie de cambios físicos y hormonales en un despertar primordial para la joven, que se pierde en la noche, encontrando comodidad en el bosque. El director mantiene una mirada fascinante sobre la angustia y la curiosidad de Anna, aunque en algunos momentos cumbre el cinefotógrafo Toby Oliver (Get Out, 2017) opta por bañar la imagen en una negrura exagerada que dificulta ver lo que está sucediendo al interior del cuadro. Criaturas nocturnas es, en su centro, una historia sobre el miedo que los padres tienen a la sexualidad de sus hijas y, tomando en cuenta que el personaje de Cooper se asume como la nueva figura materna de la joven protagonista, Liv Tyler es un faro de razón; es la matriarca sabia y amorosa que entiende que Anna debe ser capaz de alcanzar la feminidad independientemente de las complicaciones que pueden venir con ese crecimiento. Es un enfoque realmente inteligente para un cuento de este tipo. Sin embargo, en el acto final, cuando Anna finalmente sucumbe a su destino, la violencia y la ira que la película ha estado acumulando estalla de maneras visualmente poderosas, pero poco satisfactorias en cada una de las revelaciones, ofreciendo una atmósfera de pánico incompleto.
Fecha de estreno en México: 26 de julio, 2018.