Rebecca (Teresa Palmer) creció con un profundo miedo a la oscuridad. Por esta razón ella decide separarse de su madre, Sophie (Maria Bello), y abandonar la casa, creyendo que así superará sus miedos de infancia. Ahora es el turno de su pequeño hermano Martin (Gabriel Bateman), quien comienza a ser víctima de los mismos fenómenos sobrenaturales que han alterado su estado físico y mental. Cuando Rebecca se reencuentra con Martin decide ayudarlo y comienza a averiguar los motivos de aquella extraña presencia que los ha acosado durante varios años, y descubrir el turbio pasado de su madre y la extraña relación que sostuvo con una introvertida joven llamada Diana (Ava Cantrell).
Cuando las luces se apagan (Lights Out, 2016) logra generar terror de la misma manera que el miedo primordial del cerebro se activa cuando un niño de seis años de edad no puede conciliar el sueño porque hay una forma oscura en el extremo de la cama; tal vez sólo sea un poco de ropa amontonada, pero es probable que haya algo mucho más peligroso. En su primer largometraje, el joven cineasta sueco, David F. Sandberg –respaldado por sus ocho cortometrajes de terror de bajo presupuesto (realizados entre 2013 y 2016) y por James Wan (The Conjuring, 2013), productor de la película– recupera una preocupación primaria del cine de terror (la ansiedad nace de la oscuridad) para encaminarla por distintos trayectos y jugar con las certezas y expectativas de la audiencia. La referencia constante al interruptor de encendido/apagado de las luces es un truco visual de lo más simple, pero muy inteligente, efectivo y espeluznante pues ¿quién no ha visto –o creído ver– algo por la noche y se precipita a encender las luces? La discreta manufactura del filme, le permite a Sandberg desarrollar con cautela y astucia su premisa. La entidad demoníaca que persigue los oscuros recovecos de un hogar deprimido es endiabladamente monstruosa. Sus apariciones aterrorizan porque el monstruo se muestra directamente en lugar de aludir a él mediante los habituales y gastados trucos del género. Por supuesto que si los personajes sólo se dedicaran a prender y apagar las luces se volvería tedioso, y es ahí donde la mitología, la explicación y el trasfondo de la historia tejida por el guionista Eric Heisserer (A Nightmare on Elm Street, 2010) resulta muy útil y atractiva. La explicación de los sucesos sobrenaturales es satisfactoria sin contradecir el estado de ánimo y la ansiedad que se han establecido desde la primera secuencia macabra. La casa de la madre es vital para el desarrollo de la historia; el espacio es empleado como contenedor de una mujer deprimida que alimenta una relación ambigua con la monstruosa criatura. Esta amistad morbosa plantea muchas preguntas, cuyas respuestas se develan paulatinamente. Cuando las luces se apagan es esencialmente una mezcla consistente de horror y drama familiar y, aunque presenta un par de baches narrativos hacia el final del relato, el filme está lo suficientemente bien hecho para confrontar al espectador con uno de sus miedos primarios: la oscuridad.
Ve aquí los cortometrajes de terror de David F. Sandberg, director de esta película
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Fecha de estreno en México: 29 de julio, 2016.