Prácticamente una no tan afortunada imitación del plot del clásico de Roman Polanski, Rosemary's Baby (El bebé de Rosemary, 1968), Devil’s Due, narra los sucesos paranormales que se desencadenan cuando un encantador par de recién casados, Samantha (Tyler Gillett) y Zach (Matt Bettinelli-Olpin ), deciden disfrutar el último día de su luna miel en Republica Dominicana en un antro underground. Al día siguiente, el festín nocturno no solo traerá como consecuencia una terrible resaca, también el hecho de convertirse en padres por primera ocasión. Sin embargo, lo que Samantha (Allison Miller) no sabe es que más que solo un bebé, su vientre engendra algo siniestro.
Heredero del diablo es una historia de terror de un embarazo embrujado y, desafortunadamente, el que la temática ya haya sido abordada con anterioridad hace que el suspenso, en general, sea más predecible, pese a que Tyler Gillett & Matt Bettinelli (V/H/S: Las Crónicas del miedo , 2012) recurran al found footage como truco narrativo, a través de la temblorosa mano de Zach, quien se convierte en involuntariamente el narrador de la cinta, debido a su obsesión por “capturar” su vida para mostrársela a futuras generaciones familiares. La apuesta de ambos directores por los desenfoques y encuadres imperfectos propios del “metraje encontrado” (que recuerdan a cintas como Holocausto caníbal, 1980; [ REC ], 2007, o Actividad paranormal, 2007) generan breves momentos de tensión y miedo, sin embargo, en conjunto, no son efectivos cuando desde el primer cuarto de la cinta sabemos cual será la diabólica naturaleza del primogénito del feliz matrimonio.
JAR (@franzkie_)