Las historias de cuatro mujeres sirven para ejemplificar las situaciones a las que se tiene que afrontar una madre en su día a día, así como para presentar una imagen contemporánea de lo que significa ser una familia. Jennifer Aniston es Sandy, una mujer divorciada con dos hijos que tiene que enfrentarse al hecho de que su expareja se haya casado nuevamente con una despampanante mujer de 28 años. Kate Hudson es Jesse, hija de unos padres llenos de prejuicios raciales y homofobia, haciéndola estar en conflicto porque se ha casado con un hombre de la India al que ellos no aceptan. Julia Roberts es Miranda, una exitosa presentadora de un show de compras en la televisión, pero que vive en soledad. Jason Sudeikis es Bardley, un viudo que perdió a su mujer en la guerra y tiene que criar a dos hijas, además de sobrellevar su dolor por la pérdida.
La figura de la madre es trascendental, en su presencia y ausencia, no sólo para la vida de cada individuo, sino en la historia del cine. Podemos ver grandes ejemplos de películas que se centran en ella, problematizándola, confrontándola o haciendo un tributo. La película de Gary Marshall es un homenaje comercial, muy somero. Es una comedia con poca gracia que utiliza clichés y estereotipos para fundamentar su humor, llegando al extremo de utilizar los recursos del humor slapstick, con caídas y golpes. Sí, en ella se propone que las madres en la vida real no son esa imagen perfecta libre de errores, carente de sexualidad y miedo al mundo que está muy implantada en la sociedad, pero no genera una verdadera propuesta. Se desarrollan las historias de estas mujeres como una reivindicación de lo que significa ser una madre, pero a la vez no llegan a ningún sitio con ello. La estética visual es completamente la de una comedia romántica hollywoodense (género dominado por las tres actrices principales), locaciones bonitas, peinados perfectos, paleta de color brillante. Vemos además a un amplio reparto arremolinándose alrededor de estas cuatro figuras con microhistorias que se relacionan de igual manera con el hecho de ser madres, pero que bien podrían omitirse. El ritmo es bueno, pero la duración es larga, casi dos horas en las que los momentos cumbre están muy diluidos, poco trascendentes. Demasiada producción para un entramado de historias muy soso, con un final lleno de cursilerías.
Fecha de estreno en México: mayo 6, 2016.