Un hombre de 45 años llamado Federico (Luca Ortega) permanece sentado en su cama, inmóvil durante unos segundos. Quizá piensa que es el momento, como cada día, de encontrar la energía suficiente para sacar de esa cama su enorme cuerpo víctima de la obesidad avanzada que padece. Aislado del mundo exterior, ensimismado en su pequeño apartamento, Federico pasa los días confeccionando collares para combatir el aburrimiento. Las únicas visitas que recibe son las de su hermana Rosaura (Martha Claudia Moreno) y su cuñado Ramón (Mauricio Isaac). Ella no puede ocultar preocuparse y enfadarse por la condición de su hermano, mientras que el segundo le demuestra con sinceridad su amistad. Reunidos entre cuatro paredes, los tres pasan el tiempo revisando fotografías del pasado. Aunque es un prisionero de sus 200 kilos, Federico redescubre su pasión por la fotografía, elemento que será una piedra angular para intentar modificar su rutina cotidiana.

Tomando en cuenta la anécdota del filme, el cineasta Alejandro Guzmán Álvarez corría el riesgo de pisar el terreno peligroso de los discursos aleccionadores. Sin embargo, Distancias cortas (2015) no cae en una crítica contra la obesidad; el mérito del director y la guionista Itzel Lara radica en abordar el tema de manera amable y elegante, con mucha humanidad que paulatinamente es arropado con pinceladas de fino humor sin llegar a la burla ni la banalidad. En los primeros minutos del filme, con absoluta franqueza, se esboza un retrato de la soledad y la alienación. Conforme avanza el relato, el guion explora con ligereza y sensibilidad las dinámicas de la amistad masculina que surge entre Fede y Paulo (Joel Figueroa), un adolescente con quien comparte su pasión por la fotografía y que empuja al protagonista a abandonar el abismo de la desesperación y la marginación en que había caído, escapando del encarcelamiento de su cuerpo y de sus propias frustraciones.

Fecha de estreno en México: 25 de enero, 2019.

Consulta horarios en: Cineteca Nacional, Cinemex