Juha (Pekka Strang) y su pequeña hija, Elli, pasan el tiempo plácidamente practicando la pesca en un confortable lago. Sin embargo, cuando la esposa de Juha se da un chapuzón en el agua, se enreda en una red de pesca y se ahoga. Una década más tarde -a partir del uso de elipsis lógicas y temporales continuas y persuasivas- una adolescente Elli (Ilona Huhta) vive con su padre en la comodidad de una amplia casa, aunque desconoce las extrañas prácticas de éste, principalmente aquella que consiste en masturbarse mientras usa la ropa de su esposa muerta sobre su rostro y rocía su perfume. Un día, por accidente, Juha se sumerge en una especie de mazmorra sexual de un intenso color escarlata. En el interior, es confundido con otro cliente por la dominatriz Mona (Krista Kosonen), quien rápidamente comienza a ahogarlo, mientras lastima su piel con un estilete. Cualquier otra persona podría atribuirlo a una mala experiencia, pero Juha se siente vigorizado por las visiones y alucinaciones de su esposa que experimentó justo cuando se sentía al borde de perder el conocimiento. El hombre comienza a visitar de manera regular a Mona y solicita sesiones cada vez más peligrosas de asfixia erótica, en las que Mona lo humilla.
El cineasta finlandés J.-P. Valkeapää dota su más reciente filme, Dogs Don't Wear Pants (2019), de un equilibrio tonal inusual que le permite transitar del drama familiar a la comedia negra pasando por las prácticas eróticas del BDSM cargadas de una fuerte energía violenta. Después de una impactante secuencia de apertura que establece el tono sombrío y melancólico del filme, la cámara sigue a Juha mientras lleva una monótona rutina después de la experiencia traumática que lo afectó: a través del uso magistral de transiciones y gradaciones de tonalidades frías, grises y desgastadas, las emociones de Juha son comunicadas puntual y eficazmente al espectador sin la necesidad de los diálogos. Sin embargo, tan pronto como se presenta Mona, la paleta de colores cambia dramáticamente y se orienta hacia rojos y verdes brillantes, intensos y, desde luego, violentos. La cinefotografía de Pietari Peltola comunica perfectamente la idea de que dos mundos separados colapsan en un nivel visual; se contrasta elegantemente el prístino mundo clínico del trabajo diario de Juha, que es cirujano, y el opresivo brillo carmesí del sótano sexual de Mona, que es interpretada con capas de dolor y complejidad por Krista Kosonen apareciendo con frecuencia en su trabajo diario como una fisioterapeuta tierna y gentil, pero ataviado de cuero negro ceñido al cuerpo al momento de involucrarse con sus clientes en las noches carmesí. Lo que parece ser sólo el choque de universos discordantes, se revela como un camino inevitable hacia una posibilidad de aniquilar la áspera soledad con la que cargan los personajes. Cada momento en la compañía de Mona es un escape para él; las sesiones de maltrato físico que recibe Juha se traducen paradójicamente en el respiro y la libertad de una vida rutinaria en la que parece caminar como sonámbulo. Dogs Don't Wear Pants es un filme sobre la búsqueda de la tranquilidad y estabilidad emocional, el anhelo del amor perdido, el dolor corporal como única vía para alcanzar el éxtasis en un mundo de hostilidad, dulzura, soledad y desesperación. Es una mirada gráfica, pero delicada, en la vida de dos personas que vienen de lados opuestos y se encuentran en el medio para experimentar el deseo sexual y amoroso, para abandonar esas restricciones que la sociedad y las expectativas crean a su alrededor. Debido a la representación de algunas situaciones y anécdotas (la asfixia por motivos sexuales y los interludios violentos que involucran pinzas y otras herramientas), Valkeapää no rehúye a las imágenes perturbadoras, explícitas y confrontativas. Las operaciones de corazón abierto que se muestran en todo su esplendor están entrelazadas con la desnudez del cuerpo humano y los actos de tortura consensual que son ejecutados como rituales de purificación en lugar de ser únicamente actos explotadores y sin sentido.
Disponible en MUBI durante 30 días a partir del 24 de julio de 2020
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