Lee aquí nuestra reseña de Dos días, una noche
Desde finales de los setenta, los hermanos Dardenne han realizado documentales y filmes de ficción vinculados al realismo social retratando a los sectores más pobres y marginados. En Dos días, una noche (2014), Sandra –la protagonista interpretada por Marion Cotillard– es una mujer de la clase trabajadora que vive en compañía de su esposo (Fabrizio Rongione) y sus dos hijos. La joven madre, que apenas se recupera de un ataque de depresión clínica, tiene deseos de volver a su trabajo, sin embargo una votación –donde sus 16 compañeros deben elegir entre un bono de mil euros o la permanencia de Sandra– la convierte en desempleada. Ante la posibilidad de una nueva votación, y la insistencia de su esposo y una amiga, la protagonista busca –durante un fin de semana– convencer a sus compañeros para que elijan su permanencia. Con una cámara en mano que acompaña en sus recorridos por la ciudad a la frágil protagonista (no sólo por su complexión delgada, sino por su actitud temerosa e insegura), los hermanos Dardenne crean una historia sencilla, sin ningún artificio, capaz de poner en dilema a los espectadores. ¿Hasta qué punto la necesidad o la ambición de tener más nos orilla al egoísmo e indiferencia ante los demás? Cada encuentro con sus compañeros de trabajo es una tensa disyuntiva ética donde cada uno expone sus necesidades y motivaciones para justificar la decisión que tomará. El filme es una destacada representación de la condición humana cuando las personas se encuentran al borde de una decisión que se balancea entre la compasión y el interés propio. Y también, es un comentario crítico sobre el miedo y la violencia que una empresa puede infligir a sus trabajadores y cómo la dislocación económica tiene que ser absorbida por la vergüenza personal y el vacío.
LFG (@luisfer_crimi)
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Fecha de estreno en México: 12 de febrero, 2015.
Minicrítica realizada durante el Festival Internacional de Cine de Morelia 2014