Basada en el guion de Eugenio Derbez de No se aceptan devoluciones (2013), el género de Dos son familia (Demain tout commence) es –clavado- el del crowd pleaser: una adaptación de un taquillazo mexicano fuera de lo común, con un protagonista, Omar Sy, que actuó también otro éxito que marcó la historia de la taquilla francesa, Intocable (2011). Su recepción francesa estuvo a la altura de las expectativas con un millón de asistentes en los primeros 12 días después del estreno. La historia comienza cuando un gigoló, Samuel (Sy), que vive de sus conquistas y de su encanto en la costa italiana, recibe la noticia de que es padre teniendo a la bebé en brazos. La madre se va a pagar el taxi en el que llegó y no regresa. Asumir la responsabilidad del bebé lo hace cambiar drásticamente. Se va a vivir a Londres, en donde se supone que también vive la madre, cambia de trabajo, y cambia de prioridades. 8 años después vuelve la madre que quiere recuperar el tiempo perdido con su hija, y a partir de ahí se desarrollan una serie de vueltas de tuerca diseñadas para apretujar corazones. Cada acción es más dramática y manipuladora que la anterior, hasta que las lágrimas exploten.
Las comparaciones en la realización de ambas películas, la original mexicana y la versión francesa, son ineludibles. Dos son familia tiene unos créditos iniciales formidables. La fotografía mejora considerablemente, pues ahora aprovecha mejor la profundidad de campo y hay más contraste en la iluminación, lo que la hace más agradable, pero eso no significa que los personajes estén más desarrollados, sean más complejos o que la historia sea más profunda. Las actuaciones mejoran, sobre todo porque no hay un Derbez haciéndola de Derbez. Y al mismo tiempo, el humor a la Derbez está totalmente eliminado y el humor en general está muy disminuido. En lugar de eso se apela más a la ternura que inspira la relación padre e hija (Gloria Colston). El planteamiento de la historia es demasiado largo. Y el desarrollo del conflicto encierra un mensaje muy cuestionable que en la película no solo no se pone en tela de juicio, sino que se acepta como algo positivo sin especificar contextos ni situaciones: las mentiras blancas no solo son justificables, son el origen de eventos muy beneficiosos. Es justo el tipo de mentira por la que muchos están dispuestos a pagar.
Fecha de estreno en México: 20 de julio, 2017.