Escuchen aquí la banda sonora de Drácula: la historia jamás contada
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Filmada en Irlanda y con un diseño de arte que evoca la atmósfera gélida de la serie Juego de Tronos (2011), Drácula: la historia jamás contada (Dracula Untold) del debutante Gary Shore, es una película de vampiros que mezcla elementos del género de terror y acción, muy cercana a la estética de Van Helsing (2004) de Stephen Sommers. El Drácula interpretado por Luke Evans —colocado en una posición privilegiada respecto a los personajes secundarios que lo acompañan gracias a una cámara dispuesta a captar sus mejores ángulos en las escenas de batalla—, es una especie de superhéroe con capacidades regenerativas, movimientos a la velocidad de la luz, habilidad para comunicarse con los murciélagos—, despojado del halo épico y trágico del príncipe sanguinario de la novela de Bram Stoker. La nueva revisión de Shore busca dar una vuelta de tuerca a la conocida historia de El Conde Drácula. Pero a lo largo del metraje pocos son los misterios que se nos revelan del protagonista: ¿miedo al sol?, ¿debilidad ante la plata?, ¿repulsión a los crucifijos?: nada que el espectador no conozca ya del mito de los vampiros.
La acción tiene lugar en Transilvania en 1462, un período de relativa calma y durante el reinado del príncipe Vlad III de Valaquia (Evans) y su esposa Mirena (Sara Gadon). Juntos mantienen la paz con el Imperio Otomano cuyo gobierno continúa su expansión hacia Europa del Este. Cuando el sultán Mehmet II (Dominic Cooper) le exige a Vlad, 1000 jóvenes de su reino, incluido su propio hijo, para unirse a las filas del ejército turco, el príncipe se ve confrontado a tomar una decisión de entre las dos únicas opciones que se le presentan: entregar a su primogénito o aceptar los favores de un demonio que habita en las montañas para luchar contra los turcos. A cambio, es condenado a alimentarse de sangre humana por el resto de sus días. Todos los defectos del filme salen a relucir una vez que transcurre este breve tramo de la cinta. La historia pasa a segundo plano: lo importante, según parece, es mantener al público con la boca abierta durante toda la función, con una sucesión de ágiles escenas de acción que remiten al belicismo medieval de otras fábulas recientes como Hércules (2014). El guión de Dracúla: la historia jamás contada no profundiza en la psicología de los personajes. Tan solo nos muestra una manida historia en la que el bien y el mal se enfrentan entre sí.
VSM (@SofiaSanmarin)