Mientras ayuda a su hija Maddie (Molly Gordon) a mudarse de los dormitorios universitarios a una casa de fraternidad, Deanna (Melissa McCarthy) conversa con Dan (Matt Walsh), su esposo, quien le confiesa que quiere el divorcio y que se encuentra en una relación con alguien más. Abrumada por la noticia, Deanna visita a sus padres y recuerda que antes de casarse -con su ahora exesposo- siempre quiso terminar su educación universitaria, por lo que decide cursar su último año en la carrera de Arqueología. Al principio, Maddie no está de acuerdo en pasar su último año escolar con su madre, pero sus dudas se disipan de manera inmediata y tanto ella como sus amigas se vuelven parte del grupo confidente de Deanna. Helen (Gillian Jacobs) -una chica mayor que el resto, ya que estuvo en coma por ocho años-, es la primera en la fraternidad que muestra un genuino interés por ser amiga de Deanna, y a ella se unen Amanda (Adria Arjona) y Debbie (Jessie Ennis), quienes apoyan a la madre de su amiga para que su último año sea tan maravilloso como el de ellas.

Ben Falcone dirige El alma de la fiesta (Life of the Party, 2018), siendo su tercera colaboración con la actriz (y su esposa) Melissa McCarthy. En sus filmes previos Tammy (2014) y The Boss (2016), Falcone optó por una apuesta segura con fórmulas ejecutadas con anterioridad por McCarthy en colaboración con el director Paul Feig (Bridesmaids, 2011; Spy, 2015), pese a ello, ninguna de sus propuestas pudo igualar la comicidad con la que las cintas de Feig estaban impregnadas. El alma de la fiesta no es la excepción a esa regla, pues sigue mostrando las mismas dificultades que sus anteriores filmes. La trama se inclina a la adoración de la protagonista, haciendo de una mujer abandonada alguien positivo que supera los obstáculos que la vida le impone sin titubear un segundo ni dejarse vencer por sus inseguridades, evitando que el personaje logre crear un arco mucho más complejo. De la misma forma, no brinda un sólido soporte narrativo a sus personajes secundarios que parecen solo estar ahí en beneficio de la protagonista. Ese error en la historia se debe al guion escrito por Falcone y McCarthy, que no exploran la riqueza de las historias adyacentes y omiten algo tan importante como la brecha generacional que existe entre Deanna y las chicas de la fraternidad, enfocándose más en la amistad y en el amor materno. Pese al poco desarrollo de su personaje, Jacobs logra interpretar de manera acertada a Helen -la “chica coma”-, quien debido a ese lapso de tiempo que pasó inconsciente, mantiene una actitud inmadura en la piel de alguien mucho mayor, logrando que esta dualidad haga de sus escenas las más disfrutables del filme. El trabajo de McCarthy a nivel actoral no es tan destacable como en algunos de sus trabajos previos, sin embargo, la actriz posee un gran encanto y una soltura en su cuerpo que la llevan a hacer de una escena de baile algo digno de rescatar.

Fecha de estreno en México: 29 de junio, 2018.

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