En la Argentina de 1971, Carlos (Lorenzo Ferro) es un adolescente de 17 años que disfruta de emociones baratas provocadas por actividades delictivas en las que, a menudo, irrumpe en hogares para vivir otra vida por unos momentos, robando objetos de valor cuando abandona los recintos. Su madre (Cecilia Roth) está preocupada por su comportamiento cotidiano, pero permanece impotente para hacer algo al respecto, confiando en que Carlos algún día se percate de sus errores y haga lo correcto. Desafortunadamente, el joven no está interesado en cambiar de actitud; pronto se une con Ramon (Chino Darín) -un compañero de clase que proviene de una familia criminal- y de esta manera Carlos es recibido por los padres de su amigo, Ana María (Mercedes Moran) y José (Daniel Fanego), que le enseñan una o dos cosas más sobre actividades clandestinas. Pero el carácter ambicioso, hiperactivo y temerario de Carlos lo motiva a buscar nuevas maneras de diversión y termina aliándose con hombres más peligrosos que lo orillan a explorar sus impulsos más oscuros.
Dirigido por Luis Ortega (Caja negra, 2002; Monobloc, 2005) y basado en la historia de vida real de Carlos Puch -un adolescente que se convirtió en uno de los hombres más buscados en Argentina debido a sus crímenes múltiples, incluyendo once asesinatos-, El ángel (2018), en tanto es un relato de crecimiento y madurez, así como un thriller de crimen, hace una relectura del pasado a partir de las estrategias del relato de gánsteres y los códigos de la novela negra. El guion opta por transitar la ruta sociopática del protagonista para explicar paulatinamente las acciones de Carlos y descubrir cuáles son esas motivaciones para pasar de las rencillas escolares hasta los crímenes atroces. El primer acto del filme, además de ofrecer una sensación constante de preocupación, crea un perfil criminal convincente. Carlos es marginal por elección, y su brillantez intelectual lo pone al servicio exclusivo del crimen. Le gusta robar, y entra sin dificultad ni duda en la casa de extraños para tomar lo que le atrae. Roba y mata como gestos estéticos, como una extensión natural de su carácter. No tiene frenos; no tiene moral; no importa cuánto le imploren. Pero Ortega no permanece en esta posición de investigación por mucho tiempo, añadiendo una subtrama que tiene que ver con los juegos de seducción, deseo y confusiones entre Carlos y Ramón. Luego, cuando el director pretende retomar el mundo criminal, El ángel no plantea el reinado de terror de Carlos; opta por minimizar o pasar por alto sus crímenes más viles y crueles. A pesar de que efectivamente hay elementos de suspenso, el director evita hacer un despliegue de violencia explícita con la intención de confiar en la imaginación, las emociones y la brújula moral del espectador.
Fecha de estreno en México: 8 de marzo, 2019.