El Bombardeo (Air Strike, 2018) es una película de acción bélica dirigida por Xiao Feng que narra la historia basada en hechos reales sobre los bombardeos japoneses en la ciudad china de Chongqing en 1943 durante la Segunda Guerra Mundial. El filme muestra cómo el coronel Jack (Bruce Willis) es enviado de Estados Unidos hacia China con la misión de encontrar a los mejores pilotos y entrenarlos para enfrentar a las fuerzas armadas de Japón, que no solo tiene en sus filas aviones más modernos y versátiles para enfrentar la guerra, sino que cuenta con pilotos con mayor experiencia y disciplina, dejando a los inexpertos pilotos nacionalistas chinos en un escenario bastante amenazante. Por otro lado, se enmienda la misión al soldado An Minxun (Seung-heon Song) -que se encuentra imposibilitado de volar tras una lesión- de llevar un decodificador británico a salvo al centro de la ciudad, con el fin de interferir las comunicaciones niponas y encontrar una forma de neutralizar los ataques aéreos que están aniquilando la ciudad y a sus habitantes.
La toma de apertura es quizá lo más destacado que veremos a lo largo del filme, donde observamos una notable escena que muestra el vuelo de un convoy sobre los cielos de china acompañado con el sonido de una alarma de peligro y una ola de personas corriendo sobre ruinas finalizando con el close-up de los ojos de una pequeña niña que observa el cielo de manera aterrada, logrando crear tensión y plasmar la esencia de la situación bélica en la que se encuentra China. Después de observar un confortamiento por los aires y ver caer los aviones del ejército local, se muestra una secuencia de fotogramas por varios minutos que sirve para introducir al espectador en la devastadora situación de Chongqing. El conflicto aéreo, que es plasmado durante prácticamente todo el primer acto, ocupa un segundo plano de interés dramático cuando el coronel Jack advierte a sus soldados la crítica situación en la que se encuentran y manda un camión a trasladar un decodificador británico que parece ser la única manera de contrarrestar el ataque enemigo. En el trayecto, se encuentran con una joven madre con sus hijos, un científico y un japonés que hace espionaje. Gracias a esos personajes, entendemos la misión de cada uno de ellos, pues el director Xiao Feng plasma cómo la guerra afecta el desarrollo humano. Desgraciadamente, el uso del CGI es excesivo y en ocasiones recurre a tomas absurdas, como cuando vemos las batallas aéreas y los soldados chinos, los cuales son principiantes, de una toma a otra logran combatir de una forma implacable, mostrando una clara falta de sentido en la cronología, por lo que hacen perder el interés rápidamente, llegando a rozar la línea de lo inverosímil. Tras los repetidos, desgastantes y saturados ataques que se observan a través del lente del cinefotógrafo Shu Yang se anuncia que no existe manera alguna de que el ejército con el que simpatiza el espectador resulte victorioso, y mucho menos que la misión de trasladar el decodificador pueda concretarse. El director recurre a la estrategia de la repetición haciendo énfasis en los simbolismos de la China caída, representada en varias ocasiones con el derramamiento de té y la ruptura de las tazas, haciendo alusión a la fractura en la que se encuentra el imperio. Sin embargo, utiliza tantas veces la misma metáfora visual, que lo que había sido un buen gesto, se convierte en un recurso artificial y predecible. Una película que acierta en tratar de contar un lamentable hecho real desde una perspectiva distinta, pero que carece de historia, profundidad actoral, diseño de imagen y credibilidad narrativa.
Fecha de estreno en México: 3 de mayo, 2019.