Mientras está en México en una misión, un francotirador del ejército estadounidense -llamado Quinn (Boyd Holbrook)- tiene un encuentro cercano con una nave alienígena comandada por un Depredador. Para limpiar la escena del incidente, Quinn envía los artefactos a una dirección en Texas, pero éstos terminan en posesión de su hijo autista, Rory (Jacob Tremblay), que los estudia atentamente, aprendiendo cómo funcionan. Quinn es interrogado, pero sus superiores no creen en su versión del encuentro alienígena. Cuando el Depredador escapa del control militar, Quinn reúne un equipo -incluyendo a Nebraska (Trevante Rhodes), Coyle (Keegan-Michael Key), Baxley (Thomas Jane), Lynch (Alfie Allen) y Nettles (Augusto Aguilera)- para perseguir y capturar al alienígena, solo para enfrentarse a un poderoso enemigo. Uniéndose a la caza está Casey (Olivia Munn), una científica específicamente entrenada para estudiar monstruos de otro mundo ayudando a comprender por qué el Depredador ha llegado a la Tierra.
El Depredador (The Predator, 2018), la cuarta entrega de la saga Predator (técnicamente es la sexta si se incluyen los filmes de Alien vs. Predator), es una mezcla de ciencia ficción, acción incesante, ultraviolencia, humor despectivo, una dosis de referencias nostálgicas al filme original de la década de los 80 y muy poco terror. Desafortunadamente, el director Shane Black (Kiss Kiss Bang Bang, 2005; The Nice Guys, 2016) le imprime un ritmo vertiginoso y galopante que nunca se ralentiza, nunca permite expandirse en alguno de los nuevos conocimientos o detalles sobre el invasor extraterrestre. Los efectos digitales ofrecen una imagen deslucida de Depredador, ya que la sangre exótica verde salpica a todos, pero de manera muy falsa y, por supuesto, absurda. Múltiples secuencias de apuñalamiento y desmembramiento provocan ríos de sangre derramada; el monstruo emplea su lanzacadenas inspirado en Scorpion (de Mortal Kombat) para decapitar a varios soldados en un jeep militar. Evidenciando su fascinación por la brutalidad exagerada, el cineasta imbuye la película con su toque característico que, en lo que respecta a la camaradería de los personajes, funciona de maravilla, pero también pierde todo sentido de la dirección de la trama al hacerlo. Por ejemplo, mientras el guion sigue la historia de supervivencia de un grupo militar deshonrado y deshonesto, no se explica por qué Casey se integra a los soldados. El personaje de Olivia Munn camina por una delgada línea entre contribuir al equipo y existir con fines cómicos a costa de las bromas de los desquiciados e impredecibles hombres.
Fecha de estreno en México: 21 de septiembre, 2018.