Mila Kunis es Júpiter Jones, una migrante rusa que odia su trabajo como sirvienta de familias millonarias en Chicago. Su rutinaria vida se ve alterada cuando comienza a ser contactada y perseguida por seres extraterrestres. Sin que ella lo sepa, es una de las últimas descendientes de una extinta dinastía y potencialmente heredera de la Tierra. Los ataques comienzan a intensificarse hasta que aparece Caine (Channing Tatum), un exmilitar y cazarrecompensas genéticamente modificado —un híbrido entre lobo y humano—, que tiene la tarea de protegerla y revelarle su verdadera identidad. Bajo la tutela de Caine, Júpiter comienza a descubrir sus orígenes y es conducida a un reino liderado por una familia de una raza muy similar a la terrícola, cuyo dirigente, Balem Abrasax (Eddie Redmayne), tiene la consigna de desaparecer a la joven. De ese modo, la heroína se ve involucrada en un juego de poder intergaláctico. Cuando Caine comprende el papel que juega Júpiter en la estabilidad del universo, la ayuda a enfrentar la maldad y la codicia de Los Abrasax.
El destino de Júpiter (Jupiter Ascending, 2015) de Andy y Lana Wachowski, es una película de acción y ciencia ficción, bastante cercana en su estética a The Matrix (1999), pero solo en lo visual y el género. El argumento y el desarrollo de los personajes no tiene la profundidad de aquella saga de culto. La historia central se decanta por un romance que se siente forzado entre los personajes principales interpretados por Kunis y Tatum. Mientras que Redmayne en su personificación del villano resulta poco creíble, acartonado y risible en algunos momentos. Lo más destacable del filme es su despliegue tecnológico que consigue hermosos paisajes espaciales, un universo lleno de criaturas exóticas y efectos especiales que generan secuencias de acción en las que domina el vértigo. El destino de Júpiter resulta una historia trivial que no aporta nada nuevo al género.
VSM (@SofiaSanmarin)
Estreno en México: 5 de febrero, 2015.
Consulta aquí los horarios: Cinemex, Cinépolis