En Nueva Jersey, a principios de la década de los sesenta, Seymour Levov (Ewan McGregor), apodado “El sueco”, lleva una vida tranquila y prometedora. Él pertenece a la clase media americana, es dueño de una fábrica y tiene muchas aspiraciones de seguir creciendo económicamente para buscar el bienestar de su esposa Dawn (Jennifer Connelly) y su hija Merry (Dakota Fanning). Su rutina idílica es repentinamente destrozada por la radicalización política de la hija, llegando a un punto de ruptura cuando la chica es culpable de un acto terrorista en el que un hombre pierde su vida. Así comienza el largo y doloroso calvario de Seymour, quien busca desesperadamente a la hija fugitiva para evitar la desintegración progresiva de su familia.
Si hay un escritor contemporáneo que en años recientes ha visto humillado su arte literario en la transición de la página a la pantalla grande es Philip Roth. La variada riqueza de su prosa y el flujo imparable de sus reflexiones sobre la cultura estadounidense sufrieron cuando Robert Benton, Isabel Coixet y Barry Levinson, por mencionar algunos, neutralizaron el componente anarquista, la sátira elegante, el drama emocional, los rasgos humanistas y la contundencia de los contextos sociopolíticos que se encuentran en las páginas para distorsionarlas y crear situaciones prominentemente melodramáticas que se centran en amores imposibles y lánguidas fracturas familiares. En El fin del sueño americano (2016), su debut como director, el reconocido actor escocés, Ewan McGregor, demuestra su osadía, ambición y esfuerzo al ejecutar la tarea titánica de adaptar una de las obras cumbre de Roth, American Pastoral. Abordar en poco menos de dos horas los sentimientos épicos, la psicología trágica y las influencias socioculturales que impulsan a un padre a reconstruir las piezas de su familia destruida por el fanatismo y la ira política de la hija requieren de una capacidad operativa y un análisis sociológico que McGregor aún no posee. Su falta de experiencia detrás de la cámara se percibe en el didactismo con que se exponen todas las situaciones y la escasez de recursos visuales que sustituyan el vigor del lenguaje escrito de la novela. La epopeya del sueño americano, las tensiones entre la paz conservadora y el dinamismo rebelde y los golpes explosivos al interior del núcleo familiar son reducidos a meros pretextos para desarrollar, desde el melodrama y el sentimentalismo, la relación de dos personajes unidimensionales que evitan la participación empática por parte del espectador y que sólo buscan salidas fáciles para que broten las lágrimas.
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Fecha de estreno en México: 9 de diciembre, 2016.