Raymond Cutter (John Travolta), un experimentado criminal dedicado a la falsificación de arte, llega a un acuerdo con un poderoso jefe de la mafia para comprar su libertad y salir de la prisión lo más pronto posible para hacerse cargo de su hijo, Will (Tye Sheridan), un adolescente de 15 años afectado por un tumor cerebral. Raymond, para saldar su deuda, debe participar en un nuevo acto delictivo: falsificar el famoso cuadro de Claude Monet, Mujer con sombrilla, y robar el original para suplantarlo sin que nadie sospeche. Sin embargo, Paisley (Abigail Spencer), una agente de la DEA, está tras los pasos de Raymond y del peligroso criminal que le ha encomendado la tarea.
El gran impostor (The Forger, 2014) es una colisión entre dos géneros: el thriller criminal y el drama familiar. El director estadounidense, Philip Martin –que cuenta con una amplia experiencia en el terreno de la televisión–, no logra que los dos tonos funcionen de manera adecuada, ya sea por separado o en conjunto. El truco de la combinación de los dos géneros narrativos no embona de manera satisfactoria y evidencia una serie de carencias para la resolución de los nudos dramáticos esenciales. Éstos son trazados de manera superficial, y la resolución cae en el terreno de lo inverosímil, aniquilando cualquier dosis de tensión. El drama familiar que captura los esfuerzos de Ray por volver a conectar con su hijo se retratan de manera aletargada. El joven enfermo es reducido a la figura de un simple chantajista que saca provecho de su condición para que su padre le cumpla una serie de deseos y caprichos, sin importar si éstos están vinculados al crimen. Los guionistas adhieren el cliché de la madre drogadicta y desobligada (Jennifer Ehle), cuya presencia es sólo anecdótica y así como ingresa al relato inexplicablemente desaparece a los pocos minutos. La relación del falsificador con su padre, Joseph (Christopher Plummer), es desarrollada con muy poca elocuencia; después de años de alejamiento, se convierten en los mejores amigos y cómplices de la noche a la mañana sin profundizar en el turbio pasado familiar que los alejó. Los detalles del atraco de la pieza de arte son absurdos e involuntariamente caricaturescos. Y por si fuera poco, la subtrama de la persecución de Paisley es superflua y decepcionante incluso para los estándares y las fórmulas acostumbradas en Hollywood. Aunque se percibe el compromiso y esfuerzo de los tres protagonistas (Travolta, Plummer y Sheridan) por sacar adelante el proyecto, poco pueden hacer cuando el filme, desde sus primeras pinceladas, se percibe falso.
Fecha de estreno en México: 13 de noviembre, 2015.