John Gotti (John Travolta) es un hombre temerario que decide servir a una peligrosa familia, los Gambino, para ingresar al mundo criminal y lograr respeto y poder. Como gánster de Nueva York, el hombre logra rápidamente tener una vida llena de comodidades para mantener y complacer a su propia familia, incluyendo a su esposa Victoria (Kelly Preston) y su hijo John Jr. (Spencer Lofranco). Supervisando el enjambre de la actividad criminal y manteniendo el orden con una violencia despiadada, John finalmente se convierte en el jefe de la red Gambino. Sin embargo, el gobierno trabaja incansablemente para derribar a John, pero no pueden alcanzar su objetivo, lo que le da una reputación de ser un hombre superior a la ley. Enardecido por el poder y el dinero, John es finalmente reducido a las dimensiones legales, enfrentando una nueva vida en prisión mientras el cáncer comienza a reclamar su dignidad. Mientras tanto, John Jr., un hombre hecho, considera llegar a un acuerdo con el gobierno para salvarse a sí mismo y proteger a su familia.
La gran mayoría de las ficciones cinematográficas inspiradas en mafiosos de la vida real siguen un arco similar centrado en el desarrollo criminal alrededor de la ciudad y viendo cómo escalan las filas del crimen hasta descender a los terrenos del inframundo. En el caso de El jefe de la mafia (Gotti, 2018), los guionistas Lem Dobbs y Leo Rossi no comienzan con el personaje principal cuando era un niño que soñaba con la masculinidad callejera. En cambio, muestran más interés en John durante su período en prisión, donde el rey está físicamente destrozado por su batalla contra el cáncer, soportando múltiples cirugías reconstructivas. De esta manera, el conflicto central se localiza en la relación entre padre e hijo; John y John Jr., quienes discuten verbalmente durante una visita a la prisión, inspirando flashbacks de eventos ocurridos en la década de 1970, permitiéndole a Travolta crear intensos momentos de autoridad y agresividad en su interpretación. No obstante, el resultado final es un revoltijo incoherente, similar al de las piezas de un rompecabezas que se juntan en una bolsa, se agitan y se colocan en la pantalla en una asombrosa exhibición de incompetencia. Hay una gran cantidad de material cautivador y espeluznante sobre el famoso Gotti, pero los eventos son presentados con muy poco sentido de orden y con una pobre propuesta visual del director Kevin Connolly (Dear Eleanor, 2016).
Fecha de estreno en México: 14 de septiembre, 2018.