Desde que logró escapar de las garras de la mafia rusa, el exagente de la CIA, Robert McCall (Denzel Washington) se mudó de Nueva York a Boston y ahora lleva una vida sin pretensiones como conductor de Lyft, haciendo algunas conexiones amistosas con clientes habituales. Pero también llena sus días con misiones de venganza diseñadas para ayudar a los indefensos contra los malvados y abusivos, manteniendo a las personas necesitadas a salvo de daños mientras hace su trabajo, residiendo dentro de un discreto complejo de apartamentos. Robert se ve sacudido cuando, por medio de las noticias, se entera que una persona muy cercana a él es asesinada en el extranjero. Mientras investiga la muerte del ser querido con la ayuda del agente Dave (Pedro Pascal), la vida de Robert pronto es amenazada por misteriosos enemigos que pretenden silenciar y apagar la investigación obligándolo a tomar las armas y volver a la acción.
The Equalizer comenzó su recorrido como una serie de televisión para CBS en la década de 1980, convirtiendo a Edward Woodward en una fuerza inusual para la justicia, celebrando la autoridad férrea de un hombre mayor. La versión cinematográfica de 2014 entregó el papel principal de Robert McCall a Denzel Washington, quien también proyectó una confianza cada vez mayor como el vigilante titular, pero en lugar de una leve repetición de la heroicidad representada en la serie, el director Antoine Fuqua desató dinámicas ultraviolentas para agregarle una capa vívida de dolor a McCall. Manteniendo los tropos de la secuela tradicional, el director recicla la mayor parte de todo lo que ofreció hace cuatro años imitando los juegos de intimidación y castigo para avivar el fuego de la franquicia. El guionista Richard Wenk intenta ampliar las posibilidades de la premisa, abriendo con un viaje en tren a Turquía, donde Robert, disfrazado de devoto viajero musulmán, se enfrenta a un padre secuestrador y su grupo de matones dentro de un vagón. Es aquí donde el público vuelve a introducirse al universo “Equalizer”, encontrando a Robert sobrenaturalmente capaz de predecir ataques de oponentes, contrarrestando golpes y puñaladas, rompiendo huesos y golpeando cabezas sin sudar, limpiando el espacio en menos de un minuto. Pero el principal problema de El justiciero 2 (The Equalizer 2, 2018) es la edición descuidada que a menudo repite la exposición, y las escenas de confrontación se sienten infinitas y prolongadas de manera innecesaria. Washington, una vez más, es dueño de la película, pero no es un material desafiante para el actor, quien ha interpretado este tipo de asesino con cara muerta e inexpresiva en los últimos tiempos. Fuqua hace su trabajo reviviendo su obsesión con la violencia sombría y excesiva, manteniendo las balas volando, los cuchillos balanceándose (haciendo un extraño ruido metálico al cortar a través de la carne) y las extremidades agrietándose, pero la poca (o nula) dramatización del relato no logra respaldar la experiencia visceral y explícita que propone.
Fecha de estreno en México: 17 de agosto, 2018.