A finales del siglo XIX, en Francia, una familia humilde decide internar en el Instituto Larnay a su hija de 14 años, Marie Heurtin (Ariana Rivoire), que es ciega y sordomuda. La madre superiora (Brigitte Catillon) no puede admitirla, ya que no cuenta con la educación adecuada para hacer que la joven pueda comunicarse con el mundo exterior. Sin embargo, una de las monjas, Marguerite (Isabelle Carré), ve una señal divina en Marie y convence a la directora de aceptarla; ella se encargará de enseñarle el lenguaje de los sordomudos.
Similar a la historia de Hellen Keller, la vida de Marie Heurtin es muy conocida en Francia; y el director Jean-Pierre Améris decide contar el emotivo biopic de manera que recuerda a la gran L'enfant sauvage (François Truffaut, 1970), sobre todo la primera parte donde la Marie salvaje se resiste a recibir la ayuda de Marguerite y anda desaliñada subiendo a los árboles del internado. El melodrama francés se sostiene por las actuaciones de Carré y Rivoire, y porque evita caer en convencionalismos, como subrayar la impotencia de la monja al no poder comunicarse con la joven. De hecho, a estas situaciones les da un toque cómico que se agradece. Los mejores momentos del filme son los encuentros íntimos de Marie con el mundo exterior, por ejemplo: cuando aprende la primera señal para decir “cortar”, o cuando se reencuentra con sus padres, o descubre la melodía proveniente de un piano.
MSR (@mkesaucedo)
Estreno en México: 6 de marzo, 2015.