A las afueras de Berlín se encuentran las ruinas de Heilstätten, un sanatorio que fue utilizado durante la era nazi para someter a crueles experimentos a los pacientes que ahí eran recluidos. En las décadas posteriores, y tras el abandono del lugar, surgen leyendas en torno a las almas torturadas que continúan deambulando en aquel tremebundo edificio. Siempre buscando nuevos e inquietantes desafíos para su programa de bromas pesadas, los vloggers Finn (Timmi Trinks) y Charly (Emilio Sakraya) lanzan el desafío a su amiga y vlogger Betty (Nilam Faroog) de pasar 24 horas en las instalaciones de Heilstätten. Cuando Marnie (Sonja Gerhardt), también vlogger, se entera de que su exnovio y guía turístico de Heilstätten, Theo (Tim Oliver Schultz), acompañará a los otros vloggers en la expedición, se apresura para detener la misión. Mientras que los dos canales de vlogging se configuran con la esperanza de ver algo paranormal o de encontrar una manera de no aburrirse, Marnie intenta advertirles que los espíritus son demasiado poderosos, malvados y reales. Desafortunadamente, el grupo no le cree hasta que comienzan a suceder cosas extrañas alrededor de la propiedad.
El cine de terror found footage consiste en que las imágenes que se ven en pantalla son grabadas, en teoría y apariencia, por los personajes del propio filme mediante una cámara en primera persona. Este subgénero, cuando se ejecuta correctamente a partir del planteamiento adecuado de las motivaciones y preocupaciones de los personajes principales, puede desembocar en una experiencia envolvente y cautivadora. El manicomio: la cuna del terror (2018) recurre a personajes engreídos y detestables que, por sus trivialidades y estúpidas bromas, generan una barrera con la audiencia y lo que más esperamos es que reciban su merecido, pero éste, al prolongar su llegada, genera más bostezos que sustos. Los momentos que pretenden sacudir al espectador resultan artificiales y predecibles haciendo que el terror viaje a lo largo de patrones conocidos: los jóvenes que tropiezan por callejones oscuros, se abrazan, discuten y toman una serie de decisiones equivocadas. No obstante, el director Michael David Pate presenta de manera convincente a los personajes principales como diferentes manifestaciones de la era de YouTube y expone sin reservas el comportamiento llamativo, egocéntrico, hiperactivo e irreflexivo de las estrellas de Internet. Si bien es cierto que el terror nunca logra explotar, el filme es consistente en la crítica que ejerce sobre la audacia irresponsable y la búsqueda escabrosa de nuevos “me gusta” y seguidores, y ahí en esa realidad es donde radica lo espeluznante de esta propuesta.
Fecha de estreno en México: 29 de marzo, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex