Benno (Florian David Fitz), un indigente criminal de delitos menores, tiene cáncer terminal en el cerebro, mientras que Andi (Matthias Schweighöfer), un músico culto, pero fracasado, necesita un trasplante de pulmón si pretende seguir con vida; dos extremos opuestos con una sola cosa en común: una muerte inminente. Luego de un encuentro fortuito, deciden huir de la rutina vegetativa del hospital y cumplir un último propósito, descabellado y aparentemente imposible: vivir el mejor día de sus vidas, sin importar que aquello signifique quebrantar la ley.
El segundo filme como director del coestelar, Florian David Fitz (Jesus liebt mich, 2012), es una comedia dramática inscrita en la tendencia de humor negro suave que se ha popularizado en los últimos años con filmes como Intouchables (Dir. Olivier Nakache, Éric Toledano, 2011) o The Bucket List (Dir. Rob Reiner, 2007), donde la muerte y la enfermedad no representan sino la oportunidad de arriesgarse a vivir una vida sin límites. Se trata de obras donde la amistad, la conciencia de la inevitabilidad de una muerte próxima y los padecimientos físicos se unen para resignificar el sentido de la vida a partir de los detalles supuestamente superficiales o intrascendentes de nuestra existencia. El mejor día de mi vida (Der geilste Tag, 2016) sigue el modelo de los filmes mencionados, en el cual, la aventura de los personajes no se centra en una huida de la muerte, sino en la búsqueda de una muerte significativa: ambos personajes se arrepienten de no haber logrado nada, de no haber trascendido de ninguna forma: ni a partir de la fama (Andi) ni como figura paterna (Benno). Si bien se trata de una obra generada para lanzar un mensaje y conmover a los espectadores, lo que la hace predecible, la reflexión que se pueda obtener y la, irónicamente, sana comedia, resultan rescatables y efectivos para pasar un buen rato. Por otra parte, y tomándose las licencias de inverosimilitud que el universo del filme permite, la narrativa se desarrolla de manera pulcra, salvo en un par de momentos forzados, característicos de las películas interesadas en ser mensajeras de revelaciones de vida, que pueden distraer a un espectador atento. Además, las actuaciones, en particular la de Matthias Schweighöfer (Der Manny, 2015) suman mucho a la fluidez y a la credibilidad del filme. Más allá de esos aspectos cinematográficos, la película es recomendable para aquellos que encuentren resonancia en pensamientos interesantes y sencillos como el mencionado por Benno: “La muerte no existe. Sólo existe el momento antes de morir”.
Fecha de estreno en México: 4 de enero, 2018.
Consulta horarios en: Cinemex