#58Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional: Imperdibles y recomendaciones
Un padre debe abandonar a su familia y su pueblo algodonero en Brasil, para encontrar un mejor trabajo. Pero su pequeño no se acostumbra a la ausencia paterna, y un día, sin que su madre lo sepa, se embarca en una travesía para encontrarlo. En su periplo, atraviesa paisajes colmados de pobreza, animales extraños, hombres autómatas en un universo industrializado. Pero las miserias del mundo no parecen tan trágicas desde los ojos del infante a quien seguimos, junto a su perro, en un entorno urbano marcado por la vida nocturna, el consumismo y la contaminación. El niño y el mundo (O Menino e o Mundo, 2013) de Alê Abreu, es una aventura poética, una animación brasileña con un lenguaje inventado para la película, una especie de incomprensible Esperanto, llena de dibujos de colores brillantes, filiformes, en una historia que a medida que avanza, se vuelve más compleja en sus variaciones visuales. Aunque el mundo de colores y la música —a cargo de Reuben Feffer y Gustavo Kurlat, que acompaña a la película se basa en la profunda cultura de Brasil, ninguna de las opciones estéticas de la película son azarosas, el estilo pictórico collage que se desplaza ante nuestros ojos, es sobre todo para reforzar la perspectiva del niño, para contar su historia siempre a la manera de un caleidoscopio. Una hermosa historia que funciona como una película de aventuras para los pequeños, en la que se apela al amor a la familia, la amistad, el respeto a la naturaleza, pero que también crítica el militarismo, la segregación y la explotación laboral, invitando a los adultos a reflexionar sobre el éxodo rural, la globalización, la mecanización y la deshumanización. El niño y el mundo, es un conmovedor relato marcado por la gran lección de humanidad que su protagonista trata de mostrarnos mediante una mirada tan viva como tierna.
VSM (@SofiaSanmarin)
Minicrítica realizada durante la 58 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.