Película: El peral silvestre - ENFILME.COM
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FICHA TÉCNICA
Ahlat Agaci
El peral silvestre
 
Turquía/Bosnia/Francia
2018
 
Director:
Nuri Bilge Ceylan
 
Con:
Dogu Demirkol, Murat Cemcir, Bennu Yildirimlar, Hazar Ergüçlü
 
Guión:
Akin Aksu, Ebru Ceylan, Nuri Bilge Ceylan
 
Fotografía:
Gökhan Tiryaki
 
Edición:
Nuri Bilge Ceylan
 
Música
J.S. Bach
 
Duración:
188 min.
 

 
El peral silvestre
Publicado el 10 - May - 2019
 
 
A Sinan le apasiona la literatura y siempre ha querido ser escritor. Cuando regresa al pueblo donde e?l nacio?, vierte su corazo?n y su alma en reunir el dinero que necesita para ser publicado, pero las deudas y problemas de su padre le alcanzan. - ENFILME.COM
 
 
 
por Alfonso Flores-Durón y Martínez

Apenas se baja Sinan (Dogu Demirkol) del autobús que lo lleva de la ciudad donde recién concluyó sus estudios de licenciatura al pueblo donde viven sus padres, un hombre lo invita a tomar un té y, aprovechando la ocasión, le pide le recuerde a su padre del dinero que le debe. Al llegar a su casa, siente que hay mucha tensión en el ambiente. El padre, Idris (Murat Cemcir) intenta mantener el buen ánimo, pero la madre y la hermana es a través de las telenovelas (como en relato del también turco, Orhan Pamuk, pero no mexicanas, sino turcas) que encuentran refugio a su constante desencanto. Sinan quiere convertirse en escritor y está en búsqueda de que alguien le publique su primera obra. De cualquier forma, se ha inscrito para hacer el examen que, de aprobarlo, le otorgue una plaza para ejercer de profesor, como su padre. Su estancia en el pueblo le permite a Sinan corroborar todas las razones por las que quiere, a toda costa, huir de ahí. Incluso, caminando de regreso tras una cita en la que rechazaron editarle su manuscrito, se encuentra con una chica muy guapa, amor platónico de su infancia, con quien se besa para terminar sabiendo que ya no es novia de un amigo en común, y está por casarse para asegurar su futuro. La situación económica en Turquía no es nada buena, y el pueblo lo resiente. El desprestigio que su padre ha acumulado por las múltiples deudas contraídas como consecuencia de su afición a las apuestas de caballos, el verlo renunciar a todos los sueños que albergó, pero necio en cumplir caprichos que parecen ser solo disparates, provocan una creciente decepción y desánimo en el de por sí desilusionado Sinan; su mal humor va en aumento y con él la forma en que confronta a su padre, ignora a su madre y desquita su frustración con su hermana. Las reflexiones que el joven logra explayar a partir de su diálogo con un escritor medianamente exitoso primero, y dos jóvenes imánes después, sobre el espíritu del arte y el sentido de la vida y la religión, respectivamente, quizá le permitan poner en perspectiva la arrogancia con que desde la inexperiencia Sinan juzga estilos y decisiones de vida, trayectorias, esfuerzos y, sobre todo, el amor de sus más próximos.  

Desde su primer cortometraje (Koza), el realizador turco Nuri Bilge Ceylan, uno de los autores de cine más completos del cine actual, quiso hablar de lo que le era más cercano: la vida rural en Turquía, donde nació y creció, y la familia. Después, en sus largometrajes, añadió algo que también le era personal: la vida de quien viaja del campo a la ciudad no solo para buscar fortuna, sino para encontrar una misión artística, sin más bagaje cultural que el poder de la penetrante observación, el talento para descifrar las raíces de los malestares sociales, la capacidad de indagar en lo más profundo de los vericuetos del alma humana. En El peral silvestre además, como ha hecho en filmes previos, pese a que la situación política no se manifiesta en los primeros planos, la convulsa Turquía del ultraconservador Tayyip Erdogan cada vez más convertida en teocracia, trastoca el ambiente, la atmósfera y el contexto en que se desarrolla la historia, e incide en el rumbo que toman las decisiones de los protagonistas. De pronto podría parece el filme de un primerizo, pues se apilan temas sobre temas, todos relevantes, como lo hacen quienes no saben si tendrán otra oportunidad de volver a filmar. Generalmente, lo que sucede en esos casos es que a los novatos no les es posible desarrollar a cabalidad ninguno de ellos y las intenciones terminan diluidas. Por momentos, pese a la experiencia de alguien como Bilge Ceylan, parece que eso le sucederá a El peral silvestre. Que la contraposición del tiempo presente con el pasado, de la vida urbana frente a la rural, de la visión de los padres respecto a las de los hijos, las expectativas contra los resultados, los delirios que promete el arte frente a la aridez de la docencia, la posibilidad de la existencia de Dios, su ausencia o inexistencia, los sueños cotejados con la realidad, la vida como oposición a la muerte; todo esto sería demasiado para poder ser articulado en un discurso compacto. Porque además están los elementos de la vida diaria de los personajes (la falta de dinero, los problemas del padre y la madre, los rumores de disturbios con tintes socialistas, la pérdida de un perro, y siempre el paso del tiempo); pero, de algún modo, el director turco consigue asentar todo, acomodarlo y atarlo no solo con gran oficio, sino con maestría. Pese a ser un filme planteado en clave naturalista, Bilge Ceylan se las ingenia para que lo realista tenga escarceos con lo onírico en una misma secuencia a partir de la forma en que cae la luz, resopla el viento, modula la profundidad de campo o hace que domine el silencio. La paleta de colores que tira al ocre, su gusto por los planos prolongados, fijos en interiores, tracking shots o steadycams en exteriores (incluso drones), le permiten crear las atmósferas que nos son habituales en sus filmes y en las se desenvuelven con naturalidad sus cavilaciones existenciales, cuestionamientos artísticos y ponderaciones familiares, hasta que termina por resolver, de modo soberbio, lleno de imaginación y muy conmovedor, un conflicto que parecía poder llegar a ahogarse en sí mismo. A Bilge Ceylan le importa siempre destacar el ámbito familiar toda vez que, para él, lo que ahí ocurre repercute significativamente en el resto de la sociedad; en ella es donde se gestan los anhelos y los sueños que paulatinamente se van quedando sin cumplir y es el sitio en el que paso del tiempo registra sus marcas más expresivas. El juego de espejos que emplea en las ensoñaciones y visiones del padre y el hijo, que son a un tiempo temores y deseos proscritos, hace referencia a una de las parábolas más antiguas que existen para ilustrar lo áspera que suele ser esa relación, y sirve como recordatorio del poder narrativo y lírico que posee este director turco. Un cine de tremenda belleza visual y sonora que es totalmente lo opuesto a un árbol retorcido y marchito, a un peral silvestre. 

AFD (@SirPon)

Fecha de estreno en México: 10 de mayo, 2019.

Consulta horarios en: Cinemex, Cineteca Nacional

 
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