Viviana (Ximena Ayala) es una tímida y sencilla joven que decide instalarse en la Ciudad de México, dejando atrás a sus padres (Mara Escalante y Hernán Mendoza) y su casa en Veracruz, para luchar por sus sueños y convertirse en una exitosa diseñadora de modas. Sin embargo, ella tiene dos problemas que la agobian constantemente: comparar su cuerpo con la deslumbrante apariencia física de hermosas modelos y estar locamente enamorada de su jefe, Diego (Vadhir Derbéz), un joven millonario, exitoso y superficial que precisamente vive rodeado de modelos. Sin embargo, después de una turbia negociación con uno de sus socios, Diego lo pierde todo y deberá aprender lecciones de humildad, esfuerzo y amor acompañado de Viviana, la única persona que decide apoyarlo en momentos de crisis.
Además de ser entretenimiento vacuo e insustancial, El tamaño sí importa (2016) pretende subirse a un pedestal moral para aleccionar al público sobre una supuesta dignificación de la mujer, pero recurriendo durante todo momento a representaciones salaces de los personajes femeninos. Y cuando se da cuenta de que el tiempo se le acaba, el director Rafa Lara decide plasmar las resoluciones de una manera torpe, apresurada y redentora. Este catálogo incluye la presencia de bellas modelos que únicamente adornan el innecesario festín visual que propone Lara en las secuencias de pasarelas; la novia interesada y tonta que se asume como objeto sexual; el prepotente galán que sugiere que una mujer sólo es hermosa por su apariencia física; una madre vulgar incapaz de mostrar tolerancia y empatía; la joven que necesita unos tragos para aniquilar su timidez; y, finalmente, la chica independiente con cierto grado de madurez e inteligencia, pero que necesita de un hombre para seguir dando esos pasos que le ayudan a lograr sus sueños.
Fecha de estreno en México: 27 de enero, 2017.