El remake de la cinta homónima de 1981, basada en la novela de Scott Spencer, Endless Love, de la directora y guionista Shana Feste (Country Strong), protagonizada por Martin Hewitt y Brokke Shields, sigue la historia de Jade (Gabriella Wilde), una joven de clase alta que, ensimismada y de luto por la muerte de su carismático hermano mayor, consagra su existencia a los estudios y a la familia (sus padres y otro hermano), dejando de lado su vida social. A pesar de su aparente desolación, Jade llama la atención David (Alex Pettyfer), un muchacho de menos posición económica y que está destinado a sacar a la joven de su caparazón, hecho que la llevará a conocer el primer y verdadero amor. Descubrirlo trae consigo la prohibición de su padre y el peligro de acabar con su brillante y prometedor futuro como doctora.
En este intrascendente e inofensivo cuento de romance, al mostrarse ligero y accesible para las audiencias más jóvenes, reduce la reflexión sobre temas como la sexualidad o la tragedia emocional que irremediablemente acompañan al primer amor. En cada diálogo bajo la lluvia de Endless Love y en cada escena que encuadra a su pareja protagonista bajo el efecto visual de cualquier filtro de una instantánea en Instagram, la manipuladora simplicidad emocional de sus protagonistas busca recalcar el manoseado lugar común de que el amor verdadero (lo que sea que eso signifique), no importando los obstáculos, es eterno.
JAR (@franzkie_)