Lin Dong (Jackie Chan) es un agente especial que forma parte de un grupo de seguridad que trabaja para la ONU en Xingan, China. Si bien es cierto que su empleo le exige responsabilidad y mucha concentración, el hombre vive preocupado y angustiado por su hija Xixi (Elena Cai), una niña de cinco años que padece leucemia y que atraviesa una etapa crucial en su tratamiento. Una noche, Lin Dong es llamado para trasladar a un brillante pero peligroso científico, el Dr. James (Kim Gyngell). Sin embargo, el agente es emboscado por un grupo de maleantes liderado por un maniaco y enigmático hombre llamado Andre (Callan Mulvey), quien en el pasado fue sometido a una serie de experimentos y alteraciones genéticas. Transcurren 13 años y vemos, en Australia, a Nancy (Na-Na OuYang), una adolescente china criada en un orfanato, atormentada por pesadillas de una vida pasada, entremezclada con visiones de un corazón de metal. Ella busca primero el consejo de un médico brujo, luego de un hipnotizador y así sucesivamente. Y cada vez que hace estas diligencias, se aproxima a la revelación de su verdadera identidad que está ligada con Lin, Andre y James.
Enemigo inmortal (Bleeding Steel, 2017) es una película de acción ciberpunk completamente absurda que es una tortura para la vista y está muy por debajo del calibre de Jackie Chan. La trama implica experimentación humana biomecánica, ciborgs malvados hambrientos de sangre, medicina regenerativa, hackers masculinos que se hacen pasar como strippers femeninas para acechar a sus víctimas, una mujer ruda con una gabardina de cuero sacada de The Matrix y una sociedad australiana en decadencia. Incluso con todo eso, gran parte del tiempo de ejecución de la película está dedicado a largas y prolongadas peleas para ‘explotar’ los talentos de Jackie Chan. La escena de acción de apertura de está realmente bien ejecutada. La coreografía de acción de los tiroteos, junto con la edición convencional, frenética y cuidadosa y el uso profesional de la pirotecnia están aprovechados al máximo prometiendo un buen comienzo, al menos desde el punto de vista de la acción. Sin embargo, conforme avanza el relato, las escenas de acción son decepcionantes, con un montaje perezoso hasta el punto de que se vuelven agotadoras en lugar de emocionantes. La secuencia situada en la parte superior de la Casa de la Ópera de Sídney está estructurada a partir de movimientos mecánicos y acartonados por parte de los actores y los dobles de acción, aunado a un trabajo de dirección descuidado e inseguro de Leo Zhang (Chrysanthemum to the Beast, 2012), quien no sabe a partir de qué perspectiva mostrar los eventos. Tampoco ayuda que ninguno de los actores secundarios que interpretan a los villanos sea un verdadero artista marcial a la altura de Jackie Chan.
Fecha de estreno en México: 12 de octubre, 2018.