Queda claro que el subgénero zombie se ha explotado estos últimos años desde series televisivas que se vuelven repetitivas hasta películas que rompen con la idea principal de estas criaturas; Mi novio es un zombie (Jonathan Levine, 2013) es un claro ejemplo de búsqueda de rentabilidad "reconstruyendo" las cualidades de estos monstruos. Estación zombie: Tren a Busan (Busanhaeng/Train to busan, 2016) puede llegar a ser una bocanada de aire fresco. La premisa es simple: la epidemia zombie irrumpe en la vida diaria de un padre divorciado cuando éste, en compañía de su hija, emprende un viaje de Seúl a Busan –ciudad en la que vive la madre de la pequeña– para cumplir el deseo de cumpleaños de la niña. Ese mismo día, y en pleno trayecto en el tren, se desatada la tragedia; las hordas de zombies persiguen a los protagonistas y ambos personajes tratarán de sobrevivir con la ayuda de otros tripulantes.
A simple vista, el filme dirigido por Yeon Sang-ho puede recordarnos Guerra mundial Z (Dir. Marc Foster, 2013), pero la propuesta surcoreana resalta por recurrir a pocos efectos especiales y emplearlos de manera sutil, efectiva y pertinente en un ambiente claustrofóbico que recuerda, por momentos, la cinta española REC (Dir. Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007), haciendo un excelente uso del entorno; en este caso, los reducidos vagones. Nada que reprochar técnicamente; ver a decenas y decenas de extras atacando de forma despiadada los protagonistas es un lujo que el subgénero raramente nos ofrece con la calidad que lo hace el director. Yeon Sang-ho presenta así su primera película en acción real, después de haber destacado en el terreno de la animación con The King of Pigs (2011), The Fake (2013) y la precuela de Tren a Busan, Seoul Station (2016). Predecible por momentos, el filme entrega todo aquello que se puede esperar del subgénero, pero el director orquesta atractivas y espectaculares secuencias y recupera los elementos clásicos del terror y la acción para generar una sensación de peligro y amenaza constante. No todo puede ser perfecto; algunos espectadores podrán ver el retrato de una moral previsible narrada a través de personajes secundarios bidimensionales debido a que tienen asignados unos roles determinados que nos permiten adelantarnos a sus actos minutos antes de ejecutarse. Sin embargo, destacan las representaciones del sacrificio y el egoísmo, y de esta manera el filme logra proyectar sensaciones en torno a la solidaridad, la compasión y el trabajo en equipo. Yeon Sang-ho hace hincapié en la urgente necesidad de cooperar y no olvidar el bien común en una crisis cuando sólo la compasión puede llevar a la salvación.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex
Fecha de estreno en México: 9 de diciembre, 2016.