Dos uniformes distintos se vislumbran entre el polvo que rodea un terreno donde –probablemente- se juega futbol. Dos colores que se entremezclan con sangre e insultos nos permiten ver en medio del conflicto a Carlos (Xabiani Ponce de León), que parece permanecer en un estado de ensoñamiento, observando innerte hacia un difuso horizonte, caer de pronto al suelo. Sobre su cuerpo inconsciente sigue sucediendo la intensa riña. Carlos recobra nuevamente la conciencia al escuchar a sus amigos hablando sobre sus hazañas durante la pelea. Gera (José Antonio Toledano), su mejor amigo, tiene un pómulo inflamado y Carlos lo aloja en su casa mientras le da unos cuantos hielos para evitar que la hinchazón aumente. Ambos amigos se encierran en la recámara de Carlos para fumar mientras escuchan I’d Love to Change the World de Ten Years After. La habitación del adolescente muestra algunos afiches que nos ubican en los años ochenta (específicamente 1986), así como una serie de juguetes mecánicos que el joven ha modificado y adecuado gracias a una excelente habilidad en la robótica. Gracias a esta aptitud, tanto él como Gera asisten al clandestino Bar Azteca, después de reparar el sitetizador de Tito (Americo Hollander), novio de Rita (Ximena Romo) –hermana de Gera y amor platónico de Carlos-, y es en este lugar donde conoceran algunas de las propuestas contraculturales que florecieron en los años ochenta y que modificarán la forma en que perciben lo que sucede a su alrededor.
Con Esto no es Berlín, Hari Sama (Sunka Raku, 2015; El sueño de Lú, 2011) retrata un periodo histórico específico en México: el año 1986. Más allá de la Copa Mundial de Fútbol de la que el país fue anfitrión, existe tanto un antecedente como un precedente fundamental sobre los que la película descansa. En primer lugar retoma la catástrofe ocurrida un año antes en el mes de septiembre cuando el terremoto devastó la Ciudad de México; en segundo, sienta las bases sobre las que la inconformidad de la multitud tirará tres años después el muro ubicado en la frontera entre Austria y Hungría. Ambos elementos son nodales para la narrativa de Sama, quien justamente habla tanto de destrucción (muro) como de construcción (ciudad posterior al sismo) a partir de un grupo de adolescentes que viven en la periferia del Distrito Federal –específicamente en Lomas Verdes-. En este lugar que circunda a la ciudad, observamos una serie de núcleos familiares muy distintos, pero todos forman parte de una clase media, misma que contrasta sobre todo cuando la banda que lidera Rita y su novio realizan una presentación musical en Ecatepec de Morelos, donde son tachados como un montón de niños bonitos con altas pretensiones y no obstante mucho valor. Pero las diferencias geográficas también se muestran cuando hablan sobre Coyoacán como la cuna del arte citadino y la forma en que la población joven –de forma clandestina- ya muestra algunos resquicios sobre sus posturas ideológicas y artísticas. Destaca el trabajo de diseño de vestuario de Gabriela Fernández, quien retoma muchos de los elementos del rock gótico, del punk y del new wave para vestir a los jóvenes, incluso el peinado de Rita trae a la memoria el álbum Horses de Patti Smith –sobre la que también hay una referencia con respecto a la poesía de Arthur Rimbaud-. Cuando una discusión artística retoma la noción de que el arte siempre es política, el guión parece consolidar una serie de cuestiones que el filme toca de manera sugerente: la apertura hacia una sexualidad libre y sin prejuicios, la crisis del sida y el performance como un método de arte autodesctructiva que busca crear impacto a partir de lograr captar la atención aquello que la miran. Con este filme semiautobiográfico, Hari Sama recrea los cambios que surgen en un momento tan trascendental para la cultura mexicana, que se apropiaba tanto de símbolos extranjeros como de propios para definir su propia identidad. Sama elige destruir a sus personajes a partir de varios giros dentro de un valioso guión escrito por él, Rodrigo Ordoñez y Max Zunino para posteriormente reconstruirlos y redefinirlos a partir de sus propios aprendizajes.
Fecha de estreno en México: 12 de diciembre, 2019.