Un recorrido por la Biblioteca Pública de Nueva York, espacio que alberga a 18 millones de usuarios y recibe a 32 millones de visitantes al año; un retrato íntimo del complejo sistema de una de las instituciones educativas más grandes del mundo, realizado desde todas las perspectivas posibles, a fin de introducirse sutilmente en el significado de la misma como un espacio simbólico, cuyos cimientos discursivos y propósitos fundacionales discuten con la situación actual de Estados Unidos. Ex Libris: The New York Public Library (2018) es un documental que, sin intervenir en el desarrollo de la cotidianidad, ilumina las contradicciones sociales de un país que atraviesa momentos álgidos, articulando las funciones de la biblioteca, como recinto multicultural, con el contexto político del presente.
El más reciente largometraje de Frederick Wiseman (La danse, 2009; High School, 1968) es un ejercicio de deconstrucción impecable, en el que a partir de la observación atenta y objetiva se va desnudando y manifestando el carácter simbólico de la Biblioteca Pública de Nueva York como espacio público y político, donde todo y todos tienen un lugar. La agudeza del director para construir imágenes discursivas (y visualmente atractivas debido a su pericia para comprender el espacio arquitectónico en convivencia con los cuerpos y gestos de las personas que lo transitan) sin tener que recurrir al alegato panfletario, hacen del filme un destacado ensayo que reflexiona no sólo sobre la importancia de una democratización del conocimiento, sino sobre los desafíos sociales que están patentes en nuestro tiempo: la migración, la diversidad, el multiculturalismo. La biblioteca es el espacio donde rostros de formas y colores distintos conviven, donde personajes de grupos étnicos y clases sociales diferentes se reúnen armónicamente; es decir, la biblioteca es el lugar donde lo disonante encuentra su armonía. Pero, además, el filme ofrece crítica incisiva a los conflictos sociales que atraviesa Estados Unidos. Al retratar la importancia que tiene una institución como tal en la sociedad -desde las dificultades con las que combaten los administradores para encontrar recursos y continuar con su labor-, Wiseman también hace hincapié en que la biblioteca es el último ícono de la utopía democrática estadounidense; es un símbolo frágil, un residuo de la historia que apenas se mantiene en pie, a pesar de la imponente envergadura que lo adorna: la biblioteca encarna el proceso histórico de Estados Unidos como un país que, indudablemente, fue construido por los migrantes. Desde los cuerpos encorvados de los usuarios que investigan, observan e imaginan, a los gestos de los empleados y hasta la arquitectura de las diferentes sedes mostradas como parte de una comunidad, dependiendo de la zona donde se encuentren, Wiseman nos describe las diferentes facetas de la biblioteca, como un espacio abierto, o como un microcosmos en constante mutación y perpetuo movimiento. Los fragmentos de seminarios, pláticas, conciertos, y el montaje aparentemente azaroso, pero que sigue un camino discursivo donde las artes, la cultura, la política, se comunican para expresar la estructura sobre la que se erige una sociedad, son una demostración del talento que tiene el experimentado documentalista estadounidense para comprender la realidad, desmenuzarla, reinterpretarla y recrearla como una obra artística compleja y singular: la imagen piensa y nos habla.
Ex Libris: The New York Public Library forma parte de la gira AMBULANTE 2018.
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