Después de varios años de ser educado dentro de su hogar por su cariñosa y comprensiva madre, Isabel (Julia Roberts), Auggie (Jacob Tremblay), un niño de entre 10 y 11 años, es enviado a una escuela privada para que comience a sociabilizar. Nacido con una deformidad facial, Auggie desconfía de los niños nuevos. Consciente de la humillación pública y la crueldad, él permanece bajo un casco de astronauta para ocultarse de los ojos de los demás. Así que desde un principio ve aniquilada la posibilidad de hacer amigos. Sin embargo, uno de sus compañeros de clase, llamado Jack (Noah Jupe), admira la inteligencia y el talento para las ciencias que tiene Auggie, así que comienza a vincularse con él durante el almuerzo e incluso después de clases, descubriendo una afición compartida por Minecraft y Star Wars. En casa, Nate (Owen Wilson) se esfuerza por ser un padre solidario, mientras que Isabel lucha con su lugar en el mundo ahora que ya no tiene a Auggie a diario, reiniciando sus planes de terminar la maestría que dejó atrás cuando sus hijos nacieron. También está Via (Izabela Vidovic), la hermana mayor de Auggie, una adolescente que está lidiando simultáneamente con el final de su estrecha amistad con Miranda (Danielle Rose Russell) y su floreciente romance con Justin (Nadji Jeter), añadiéndole a su cotidianidad niveles de confusiones y dudas.
En su filme anterior, The Perks of Being a Wallflower (2012), el cineasta estadounidense, Stephen Chbosky, mostró una sensibilidad atípica para lidiar con las vidas de los adolescentes; logró tomarse en serio los conflictos personales, al mismo tiempo que mantenía una atmósfera ligera de camaradería y humor para retratar las conexiones sociales y emocionales de sus personajes, valorando en todo momento las dinámicas y los misterios de la amistad. De alguna manera, estos mismos temas están presentes en su más reciente filme, Extraordinario (Wonder, 2017), aunque siempre tomando como punto de partida el círculo familiar para poco a poco expandirse hacia el exterior y narrar las dificultades que se le presentan a un niño al momento de relacionarse con otros pequeños, descubriendo así la crueldad de la burla, el miedo al fracaso y el surgimiento de la amistad sincera. Chbosky, quien además de dirigir también elaboró el guion a partir de la novela de R.J. Palacio, logra definir las motivaciones y las psicologías de sus personajes, y esto ayuda para trazar las subtramas de manera muy elegante y eficaz. Desde los primeros minutos, todo parece dirigirse en una dirección muy convencional –la historia del niño discriminado y su imposibilidad de encontrar un lugar en el mundo–; Extraordinario podría haber invertido todo el tiempo detallando el tormento de Auggie y la vergüenza desesperada por su aspecto, sin embargo, el director se detiene para volver a evaluar la situación añadiendo una serie de capas y perspectivas (desde los ojos de los demás personajes) que nos permiten comprender, sin juzgar a la ligera, por qué ellos mienten, lloran y se avergüenzan en determinadas situaciones. Hay algunas manipulaciones en el trayecto (inevitables cuando se trabaja con este tipo de material), pero el director no pretende ejercer el chantaje y la manipulación cínica; por el contrario, confía en las cálidas vibraciones de la sinceridad, la comunicación y los actos genuinos de bondad abordando temas como el dolor del rechazo, el esfuerzo de la paternidad y el poder de la amistad.
Fecha de estreno en México: 14 de diciembre, 2017.