Pete (Mark Wahlberg) y Ellie (Rose Byrne) están felizmente casados. Además de su sólido matrimonio, son propietarios de una empresa de construcción mediante la cual también compran casas en mal estado para remodelarlas y luego obtener ganancias. Tener hijos no está en sus planes, o al menos eso creían. La postura de Ellie se pone a prueba después de ver a su hermana lidiar con la infertilidad; cuando la apoya con el proceso de adopción, ella descubre que el sistema de cuidado y crianza está lleno de niños huérfanos en espera de ser eventualmente adoptados, despiertan sus instintos maternos y se lo menciona a Pete. Inicialmente confundido porque los dos estuvieron de acuerdo en que los niños no eran para ellos, Pete logra disuadir a su esposa de la idea, pero, cuando se da cuenta que muchos espacios de su casa están vacíos, decide explorar los sitios web de varios orfanatos; inmediatamente se llena de emociones. A medida que investiga y ve la gran cantidad de niños, en diferentes edades y con antecedentes contrastantes, todos deseando y esperando ser adoptados, le dice a Ellie que está dispuesto a adoptar. Guiados por dos autoridades de adopción (Tig Notaro y Octavia Spencer), Pete y Ellie finalmente se inclinan por la adolescente Lizzy (Isabella Moner). Sin embargo, adoptarla implica un paquete completo que incluye a sus hermanos menores Juan (Gustavo Quiroz) y Lita (Julianna Gamiz). Inmediatamente convirtiéndose en padres de tres hijos, Pete y Ellie comienzan a experimentar las luchas de la paternidad, tratando de mantenerse optimistas sobre el proceso, cargando con un sentimiento persistente de arrepentimiento mientras luchan por superar sus miedos para formar un hogar estable para los recién llegados.
A pesar de sus gags simplones, Instant Family (2018) es una comedia que reflexiona de manera oportuna sobre la adopción. La mirada genuina y honesta sobre el proceso -sin la necesidad de subirse a un pedestal moral- se debe a que el director del filme, Sean Anders, se basa en su propia experiencia al ser padre de tres hijos adoptados, por lo que el enfoque autobiográfico impulsa en gran medida esta comedia consciente de los procesos legales y domésticos que conlleva la adopción. Es precisamente ese detalle lo que mantiene la película alejada de la frialdad de las imágenes y anécdotas de Daddy’s Home (2015) y Daddy’s Home 2 (2017), los dos trabajos previos de Anders. Lo que sigue son dos horas de felicidad, tristeza, drama, llanto, risas, lágrimas y casi todas las demás emociones que se pueden reunir al tratar de cuidar a tres niños. Muchas películas sucumben a un final feliz, incluso cuando en realidad puede parecer demasiado inverosímil, pero en esta situación está justificado y se ajusta perfectamente a la narrativa tal como se nos presenta. Al principio, el hecho de que Pete y Ellie adopten a tres niños hispanos los confunde un poco, preocupándose por lo que otros puedan pensar, pero luego los conocen y se arrepienten de sentirse así. Las familias de Ellie y Pete no saben qué pensar de la situación, sienten que han perdido la cabeza, pero una vez que interactúan con los niños, como Ellie y Pete antes que ellos, naturalmente, también se adaptan. Transmitidas a lo largo de Instant Family se encuentran sesiones de grupos de apoyo con otros padres adoptivos, lo que permite que Pete y Ellie expresen sus inquietudes, y le posibilita a Anders explotar estereotipos con fines cómicos, incluida una pareja cristiana que trata con un niño demoníaco, mientras la comediante Iliza Shlesinger interpreta a una mujer soltera obsesionada con adoptar a una posible estrella deportiva, que Ellie identifica instantáneamente como un intento de recrear The Blind Side.
Fecha de estreno en México: 30 de noviembre, 2018.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex