Fenómenos en la oscuridad (Dark was the Night, 2014) inicia en un bosque, es invierno y los primeros indicios de que se avecina una tormenta comienzan a presentarse. Un grupo de madereros está terminando su jornada, por lo que su capataz espera que el último grupo de trabajadores salga de la zona de tala. Mientras pide por la radio que evacuen el lugar, escucha un débil grito de ayuda, por lo que se acerca a la zona donde los trabajadores se encontraban y sufre el mismo destino que estos. A noventa millas de ahí, en Maiden Woods -un poblado ficticio cercano a Nueva York- aparecen unas huellas que recorren todo el pueblo, pero el tipo de marca que esta criatura deja en la nieve es distinto al de cualquier animal conocido. Ese algo que vive en el bosque y que sale sólo por las noches para alimentarse de las especies de la zona, comienza a aterrar a las personas del pueblo, por lo que el sheriff Paul Shields (Kevin Durand) y su nuevo asistente Donny Saunders (Lucas Hass) tendrán que hacer lo posible por esclarecer el misterio.
La velocidad con la que transcurre la película es pausada, se encarga de presentar a sus personajes permitiendo conocer los –lamentablemente pocos- matices que el guionista Tyler Hisel les atribuyó, pero incluso sobre la premisa de unos antecedentes no tan ricos en textura, el trabajo actoral es notable, la química y el entendimiento entre los actores permite que la audiencia se relacione emocionalmente con ellos. El aspecto visual se estructura a partir de la mutación de la paleta de colores asociada a los diversos estados de ánimo que se modifican conforme avanza la trama: las tonalidades frías enmarcan el duelo y la culpa que agobia al sheriff, los tonos ocres sirven para dibujar la escena de un pacífico pueblo y los rojos como el símbolo de un peligro latente a su alrededor. Dentro de la construcción de la trama no existe una sobreexposición de la bestia; las sumas de las pequeñas insinuaciones de su presencia a lo largo del relato logran confeccionar un ambiente de tensión, cuyo punto más álgido sucede en la secuencia del baño del sheriff Shields, donde solo observamos unas pezuñas que suben pausadamente las escaleras de la casa. El director Jack Heller (productor de Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99, las dos notables películas de S. Craig Zahler) propone varios caminos a lo largo de su filme (la aparición de una criatura monstruosa, dos hombres conflictuados por sus traumas del pasado, la desconfianza del pueblo hacia lo desconocido); estas tres líneas presentan trabas y baches para poder llegar a una sólida conclusión; al finalizar, existe cierta decepción al saber que esas propuestas que se planteaban en un inicio, no tienen una salida completamente satisfactoria.
Fecha de estreno en México: 16 de marzo, 2018.
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