Lee aquí nuestra Reseña de Gloria
Gloria (Julianne Moore) es una mujer divorciada, más cercana a los 60 que a los 50, con dos hijos mayores, cuyas vidas sigue con ternura y atención discreta. Gloria es una mujer normal, que cuida su apariencia y su salud y cultiva sus relaciones y amistades con calidez y sencillez. No teme el encuentro con la soledad; con sus medicamentos en el buró que consume en un solo aliento, justo antes de quedarse dormida, o las gotas para los ojos que usa a diario porque está perdiendo la vista lentamente. Pasa sus días en la oficina comprometida con su trabajo, pero su espíritu libre y aventurero la motiva a, durante las noches, divertirse en las pistas de baile de antros, bares y discotecas de Los Ángeles en busca de una nueva oportunidad para amar. Gloria es una mujer que sabe cómo luchar con pasión y una pizca de locura por ese amor que se siente con derecho de volver a tener sin perder nunca la dignidad y el compromiso. Una de esas noches, conoce a Arnold (John Turturro), un hombre tierno y amable, pero al mismo tiempo frágil, indeciso e inseguro de estar a la altura de la valentía de una mujer como Gloria. Ambos se dan la oportunidad de comenzar una relación amorosa, llena de alegría pero también de complicaciones.
Dado el gran recibimiento por parte del público y la crítica del filme chileno Gloria (2013), y después de una reunión con la actriz Julianne Moore, Sebastián Lelio decidió hacer un remake estadounidense de su propia película. Gloria Bell (2018), gracias a la fuerza de los intérpretes y la dirección intensa y refinada de Lelio, que se adapta a los nuevos tiempos con energías renovadas y una mirada atenta a los sentimientos de esta mujer, no es menos que su predecesora. Porque, para citar las palabras del propio director, aunque hay unos pocos años de distancia entre una película y la otra, desde 2013 el mundo ha cambiado. Y en ese lapso Lelio es capaz de mirar y seguir a Gloria, una mujer que no tiene miedo, o más bien lo tiene pero lo enfrenta, aunque éste la sobrepasa y la golpea. Cae, pero sabe cómo levantarse porque Gloria teme a la muerte, pero no lo suficiente como para renunciar a la vida. En la actuación de Moore, su lenguaje corporal y su forma desinhibida para cantar evocan un sentido omnipresente de anhelo. Específicamente, en las canciones que escucha en sus viajes en automóvil, como “Total Eclipse of the Heart”, de Bonnie Tyler, es difícil no ver ese anhelo. En toda esta serie de imágenes instantáneas del mundo de Gloria, el guion adaptado de Alice Johnson Boher imbuye al personaje con el deseo de descubrir y probar cosas nuevas. Al asistir a las clases de yoga de su hija, Lelio nunca describe a su personaje principal como alguien que no tiene inspiración o se da por vencido. Por el contrario, es una mujer que apoya a su hijo un tanto desorientado (Michael Cera), y que aún mantiene una relación integral con su exesposo (Brad Garrett). En este mundo, hombres y mujeres comparten las mismas emociones, sin que sean desequilibradas o melodramáticas. En una especie de voyerismo compasivo para capturar las rutinas cotidianas de la protagonista, el ojo atento de la cinefotógrafa Natasha Braier (La teta asustada, 2009; The Neon Demon, 2016) captura todos los detalles de su cara y cuerpo, nunca deja de enmarcarla y no podemos dejar de mirarla, hasta que la identificación con ella es total. Y te alejas de la habitación llena de su energía y su deseo de existir, de amar y de bailar.
Fecha de estreno en México: 21 de junio, 2019.
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