El bonachón y oficinista, Brad (Will Ferrell), lleva un buen tiempo intentando que sus hijastros lo amen como a un padre. Cuando por fin parece que lo está logrando, retorna de tierras lejanas el musculoso padre biológico, Dusty (Mark Wahlberg), que ha pasado buena parte de su vida eludiendo la responsabilidad a cambio de extraordinarias aventuras en las que siempre acaba siendo el héroe, o al menos eso cuenta. A su regreso, pretende recuperar a su exmujer e hijos emprendiendo una guerra sin reglas contra quien ha sudado la gota gorda para ganarse un poco de cariño.
No hay duda de que Will Ferrell y Mark Wahlberg conectan en pantalla. Verlos interactuar juntos tiene su encanto pero no el suficiente para hacernos estallar en risas, a partir de chistes trillados y una historia predecible. La comedia familiar, sí resulta tal, con un mensaje positivo y evitando los chistes grotescos.