La protagonista de La piel que habito (2011) en uno de sus papeles más exigentes, Elena Anaya, y la ucraniana Natasha Yavorenko interpretan a Alba y a Natasha, dos atractivas mujeres que se conocen mientras vacacionan, durante su última noche en Roma. Alba convence a la otra de irse juntas a su cuarto de hotel, de donde no saldrán hasta casi haberse terminado la película. En menos de cinco minutos están desnudas, una en los brazos de la otra, como permanecerán durante casi todo el filme. Lo que pasa entre sus cuerpos intenta parecer superficial contra lo que sucede mientras se sumergen en las complejas historias de cada una, que podrían o no ser verdaderas, pero que revelan lo más vulnerable de sus personalidades.
SOR(@SofOchoa)