El 11 de septiembre de 2001 le cambió la vida a muchos norteamericanos, entre ellos Jack Patrick Ryan (Chris Pine), quien decide dejar sus estudios de doctorado para unirse al ejército. Sufre una herida en la guerra que lo inhabilita para la acción en el frente. Es entonces que la CIA se interesa en él, haciéndolo un espía financiero de Wall Street, que debe rastrear cualquier posible ataque al país desde el plano monetario. Es así como, diez años después, unas cuentas rusas llaman su atención, desencadenando una historia que bien podría regresarnos a los tiempos de la Guerra Fría.
Si bien es evidente el sello chauvinista de la película, y que sus personajes realmente nunca experimentan ninguna clase de transformación trascendental, Shadow Recruit es una buena película de acción y suspenso, que logra mantener al espectador al filo de la butaca en un par de momentos. Shadow Recruit no está basada en libro alguno de la serie del escritor norteamericano Tom Clancy. El proyecto es un primer intento por dotar a Jack Ryan de una dimensión propia desligándolo de su autor, así como le ocurrió al James Bond de Ian Fleming o al Janson Bourne de Robert Ludlum.
AS(@albertosandel)