Al interior de una edificación aislada, cinco desconocidos se despiertan y descubren que están encadenados a una pared, forzados a sobrevivir cuando la cadena tira lentamente de una losa de sierras circulares giratorias, mientras intentan descubrir qué está pasando. Una integrante del grupo, Anna (Laura Vandervoort), se percata que la única forma de detener el horror es exponerse a cada una de las trampas y pruebas inspiradas en John Kramer (Tobin Bell), el famoso asesino de Jigsaw. Obligados a soportar las torturas y resolver acertijos, los participantes intentan escapar febrilmente de una condena segura, solo para descubrir que su captor ha pensado en todas las salidas posibles. El objetivo es exponer la culpa oculta, pero a Anna y los demás les resulta difícil admitir sus pecados más profundos y oscuros. En el exterior, los detectives Halloran (Callum Keith Rennie) y Hunt (Cle Bennett) averiguan varias escenas del crimen para estudiar la psicología del asesino, y con la ayuda de los médicos forenses Logan (Matt Passmore) y Eleanor (Hannah Emily Anderson), los policías lentamente tejen las conexiones con los sucesos de la edificación percatándose de la posibilidad real de que John Kramer esté realmente vivo y matando de nuevo.

Saw –inaugurada en 2004 por James Wan y Leigh Whannell– es una de las sagas más exitosas del género de terror en el cine contemporáneo. El villano conocido como Jigsaw, que se ha convertido en una figura destacada en el imaginario colectivo, se caracteriza por la crueldad de sus acertijo y una moral pervertida que se basa en el deseo de castigar el mal que las personas han cometido pero que no quieren admitir. Jigsaw: el juego continúa (2017), dirigida por los hermanos Michael y Peter Spierig, no es un reinicio o una nueva versión, sino otra secuela (el octavo capítulo de la saga) que ofrece los mismos viejos trucos. Saw: The Final Chapter (2010) fue lanzada hace siete años; fue pensada para ser la última parada en el recorrido del dolor y la tortura de la franquicia, pero como ocurre con las películas de terror, nunca hay una despedida definitiva cuando hay dinero sobre la mesa. El guion de Jigsaw: el juego continúa sigue servilmente una rutina de terror que se agotó hace cinco secuelas, haciendo poco más que fotografiar trampas y convertir al reparto en histéricas caricaturas que gritan, lloran y sangran. Los directores se esfuerzan por conectar con las secuelas anteriores. Por supuesto, no hay necesidad de esto, ya que incluso los fanáticos recalcitrantes deben estar un poco cansados ​​de la saga de John Kramer. Básicamente, es la misma película que todas las demás, centrándose en intrincadas trampas y amenazas de un títere que monta triciclos, viendo a los personajes retorcerse de dolor mientras son eliminados uno por uno, a menudo de las maneras más sádicas posibles. Ya hemos visto todo esto antes, y las trampas que se presentan aquí son bastante decepcionantes. La más reciente entrega de la franquicia tiene la distinción de ser la menos sorprendente, la más aburrida e insípida de todas; su falta de empuje visual y su nula imaginación macabra son prueba fehaciente de ello.

Fecha de estreno en México: 10 de noviembre, 2017.

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