Al final del segundo capítulo de la saga, John Wick (Keanu Reeves) huye de todo y de todos. El hombre aún se encuentra en la posición en la que debe usar las habilidades mortales que le dieron reputación a lo largo de los años. En lugar de que él use sus dones para un trabajo que le dieron los miembros de la enigmática y siniestra organización conocida como High Table o cualquiera de sus anteriores empleadores, el brutal asesino está en este camino solo. Ahora, él tiene que salvar su propia vida, ya que una serie de asesinos de renombre mundial lo están buscando para cobrar la recompensa de 14 millones de dólares después de que rompió las reglas de The Continental. John Wick 3 - Parabellum (2019) comienza exactamente desde ese momento, confrontándonos con el intento desesperado de John por sobrevivir. Entre persecuciones a caballo y viajes alrededor del mundo, misterios y respuestas, juegos de traiciones y venganzas, retornos de conocidos rostros de la franquicia -como Ian McShane, Lance Reddick y Laurence Fishburne- y nuevos rostros del calibre de Halle Berry y Anjelica Huston, el filme nuevamente se centra en las secuencias de acción perfectamente orquestadas y una ola de golpes y violencia hiperestilizada que distingue a la serie, entreteniendo al espectador y al mismo tiempo expandiendo los límites de este oscuro y turbio universo.
El ingenioso título de este tercer capítulo proviene de «si vis pacem, para bellum» (si quieres la paz, prepárate para la guerra), una expresión popular en el mundo militar y el de las armas que allana el camino para vislumbrar lo que requiere el personaje principal para alcanzar la tranquilidad. No es sorprendente que “parabellum” sea también el nombre que se le da a algunos cartuchos para armas de fuego, que, como es la tradición de la saga, se usan abundantemente durante este tercer episodio. El director Chad Stahelski reclama una vez más su pasado como coordinador de ‘stunts’ que trabajó en filmes de John Carpenter, Sam Raimi y las hermanas Wachowski, confiando en la fisicalidad y el rostro helado de Keanu Reeves para desplegar adrenalina, tensión, peligro y espectacularidad en cada combate. Incluso las secuencias de acción más breves brillan, imponen y le exigen al espectador la máxima concentración para no perder ni una de las muertes, cada vez más imaginativas y realzadas por un diseño sonoro inmersivo que permite oír el rugir de los cráneos y extremidades desgarradas por la furia del protagonista. Además, a nivel visual, el filme también se beneficia de la variedad de locaciones, ya que el desierto marroquí brinda un cambio notable de matices y atmósferas al relato. Si bien es cierto que John Wick 3: Parabellum está en riesgo de hundirse en el mar de la redundancia, este peligro es sabiamente desactivado al hacer que el espectador participe en las intrigas y misterios detrás de la High Table y su complejo sistema de peones y honor. Al igual que en las cajas chinas, descubrimos que los personajes que creemos que son centrales en esta turbia organización de asesinos deben someterse a su vez a elementos más poderosos, capaces de borrar rápidamente su pequeño lugar bajo el sol. A su manera, John Wick respeta el lema que da título a la película, abandonando definitivamente las intenciones de venganza del primer capítulo en favor de una legítima defensa personal y del instinto de supervivencia ancestral.
Fecha de estreno en México: 17 de mayo, 2019.