El gobierno británico ha sufrido un ciberataque que ha puesto al descubierto a todos los agentes secretos de la nación, por lo que la Primera Ministra (Emma Thompson) ordena que se busque a los espías inactivos para que se encarguen de encontrar a la persona detrás del crimen. Retirado desde años atrás, Johnny English (Rowan Atkinson) ha cambiado su vida y se ha dedicado a la docencia, pero no sólo enseña las clases regulares a sus alumnos, sino también los aspectos claves para convertirlos en espías potenciales. English es reclutado junto con un grupo de agentes veteranos para buscar al hacker, pero, con la ineptitud que posee el hombre, termina descartando a los demás hombres hasta que se convierte en la única esperanza de su Estado. Para comenzar la misión, el agente secreto pide el apoyo de Bough (Ben Miller) -su viejo ayudante- y solicita una serie de viejos gadgets descontinuados que parecen obsoletos. A partir de varias pistas, English conoce a Ophelia (Olga Kurylenko), una espía rusa cuyo papel en los hackeos que siguen ocurriendo en el país no es muy claro. El espía entonces tendrá que investigar si la mujer es su aliada o su enemiga y qué tanto sabe sobre lo que ocurre detrás del atentado en contra de su amada nación.
David Kerr (director de series televisivas como Inside no. 9 y That Mitchell and Webb Look) se encarga de realizar la tercera entrega del inepto policía británico: Johnny English 3.0 (Johnny English Strikes Again, 2018). El filme relata las peripecias del torpe -pero honorable- espía para conseguir dar con la mente maestra detrás de los hackeos que aquejan a su patria -pero bajo la premisa de no utilizar ningún artefacto moderno-. El guion, realizado por William Davies (Johnny English Reborn, 2011; Cómo entrenar a tu dragón, 2010), sostiene un discurso sobre el peligro ante el aumento de la tecnología y la dependencia humana que generan los dispositivos hoy en día. A pesar de una sugestiva premisa, varios aspectos que trata la película jamás son resueltos y quedan simplemente en el aire, dejando inconclusos ciertos hilos narrativos que desarrollan desde el inicio del filme (por ejemplo, los motivos por los que Ophelia decide ayudar a English jamás son claros, ni tampoco lo es su cambio de lealtad conforme el filme avanza). La iteración con la que el guionista intenta demostrar los riesgos que los avances tecnológicos presentan en la vida diaria se subraya tanto, que poco a poco desvirtúa el valor del discurso hasta convertirlo en un gag recurrente que atiborra toda la trama. Justo esos momentos son los que hacen que el filme -cuya duración es de 88 minutos- se sienta mucho más largo de lo que es y vaya perdiendo ritmo hasta volverse cansado.
Fecha de estreno en México: 14 de septiembre, 2018.