La joven directora, Karina García Casanova, comenzó haciendo un documental sobre su madre y su controlada bipolaridad. Una migrante mexicana que llegó a Canadá buscando libertad para ella y sus dos hijos, que habla francés con marcado acento latino, divorciada, mesera. Pero conforme pasaron los años que la joven, diligente, documentaba con cámara en mano, la vida de ambas cambió. La historia comenzó a complicarse, crecieron, como tentáculos, los temas, el elenco tuvo que ampliarse y la edición de su película, sufrir drásticos cambios. Su hermano mayor, Juanicas de cariño, después de haber pasado algunos años en Monterrey trabajando, vuelve a vivir con su madre a Montreal. Su personalidad pesada, atribulada e intensa, rápidamente gana protagonismo frente a la cámara, y después de algunos meses de encierro y depresión, como su madre, es diagnosticado con bipolaridad.
A partir de este punto, la historia comienza a acelerarse, y el pasado comienza a alcanzar al agotado presente de estos tres jugadores de destinos entrelazados. En una plática en la cocina, Karina confronta a su madre sobre las decisión de haberse quedado en Canadá, con dos niños pequeños, tan lejos de una familia que pudiera haberle servido de apoyo. “Fuiste negligente con nosotros”, le dice con lágrimas en los ojos. Y la mamá no se inmuta. Pero parece que no lo hace no porque no le afecte, sino porque sabe que al abrir la llave de la culpa podría ahogarse en la corriente. Pero la corriente nunca ha estado totalmente bajo control, y Juanicas documenta la tragedia de cuando el acumulamiento explota. Con valentía y aplomo, García Casanova comparte un fragmento íntimo de dolor y formación familiar que lleva al cierre de un ciclo en la vida del trío, dando muestras del poder redentor del cine.
SOR (@SofOchoa)
Fecha de estreno en México: 13 de enero de 2017.
Consulta horarios en: Cineteca Nacional