Corto: 'Kusama's Self-Obliteration' de Jud Yalkut
Nacida en Matsumoto en 1929, Yayoi Kusama ha luchado contra los prejuicios a lo largo de su larga y turbulenta vida. Profundamente afectada por su padre conservador y su madre abusiva, así como por la brutalidad de la guerra, Kusama encontró una fugaz tranquilidad al crear intrincadas y complejas pinturas y esculturas conceptuales, que van desde lo minimalista hasta lo surrealista, pasando por el arte pop; obras con una fuerte carga de discurso feminista sexual sobre la opresión que ejercen los hombres. Ella fue la primera en utilizar espejos y espacios para crear una “habitación infinita”, una inmersión caleidoscópica en una realidad distinta a la cotidianidad como puede experimentarse en Mirror/Infinity (1963). Este concepto fue innovador y subversivo en la escena del arte de Nueva York, pero siendo mujer y extranjera, literalmente fue sacada de la historia del arte oficial: Andy Warhol y Claes Oldenburg fueron algunos de los artistas de la época que “tomaron prestadas” las ideas de Kusama para dominar las galerías en las décadas de 1960 y 1970, años en los que las mujeres difícilmente tenían los espacios para exhibiciones individuales y sólo podían hacerlo en muestras colectivas. Agobiada por un intento de suicidio, Kusama nunca pudo deshacerse de la depresión persistente: fue a su primera exposición individual oficial en compañía de su terapeuta. Incluso, en 1977, Kusama ingresó en el Hospital Seiwa para enfermos mentales, donde regresaba todas las noches, después de pasar el día trabajando en su estudio. Por supuesto, la depresión y la soledad acosan a la mayoría de los artistas, y Kusama no es una excepción. Pero es un demonio que también alimenta su producción artística; sin ese fantasma, podría decirse que no habría Kusama, un círculo vicioso similar a un ouroboros. Similar a dicho ouroboros, la vida de Kusama también cierra el círculo: su arte ahora se muestra en Matsumoto, una ciudad que solía odiar y temer, pero que ahora le da alegría.
Narrado por los directores y propietarios de las galerías de arte contemporáneo más importantes del mundo y recopilando fragmentos de entrevistas, imágenes de archivo y fotografías, Kusama: Infinito (2018), el cautivador documental de Heather Lenz, es un retrato de la que hoy en día es la artista viva más vendida y publicitada a nivel global, cuya larga carrera fue rescatada del olvido en la década de 1980, cuando compartió el protagonismo con luminarias como Jackson Pollock. Sucinto e incisivo, a veces de manera reverencial, pero nunca en tono predicador, Lenz tiene cuidado de no endulzar la admiración que siente por Kusama para lograr un documental que funciona en dos direcciones: es inspirador y al mismo tiempo informativo. Comenzando con pinturas que intentan recrear una experiencia temprana de perderse en un campo de flores hasta el desarrollo gradual de un estilo distintivamente original que involucra superficies e instalaciones hipnóticas y táctiles que experimentaron con la percepción del espacio y la textura, pasando por los miles de puntos que, como células o estrellas, de diferentes colores y formas, a veces se unen como un tejido para formar imágenes monumentales, Kusama: Infinito conduce sistemáticamente al espectador a través de cada fase clave de su trabajo.
Fecha de estreno en México: 26 de julio, 2019.
Consulta horarios en: Cinépolis