Ambientado en la China solemne del siglo IX, la joven Nie Yinniang (Shu Qi) ha vivido años en el exilio para dedicarse arduamente a las artes marciales y transformarse en una despiadada e infalible asesina que tiene la misión de aniquilar a los déspotas tiranos. Cuando debe trasladarse a Weibo para matar al gobernante, se percata que se trata del hombre al que amó en el pasado, situándose en una compleja encrucijada.
A lo largo de su obra, Hou Hsiao-Hsien se ha interesado en retratar tanto las condiciones de la modernidad en la sociedad de Taiwán (Good Men Good Women, 1995; Goodbye South, Goodbye, 1996; Millennium Mambo, 2001) como las tradiciones antiguas de aquel país asiático (The Puppet Master, 1993; Flowers of Shanghai, 1998). En La asesina (The Assassin, 2015), el director retoma el género ‘wuxia’ y la filosofía de las artes marciales para elaborar un relato sobre el honor dentro del círculo familiar, la fortaleza de la mujer, la importancia de la memoria, las crueldades del destino y los fragmentos de la vida cotidiana. La protagonista es una heroína inmersa en un lujoso carrusel de espadachines, trajes vistosos y acrobacias aéreas. Pero el ‘wuxia’ no sólo es acción, espectacularidad y movimientos, también es –de acuerdo a sus orígenes en la antigua literatura china– una reflexión sobre el tormento interior y la imposibilidad de cerrar el círculo deseo-frustración-venganza. Jia Zhangke, por ejemplo, ha reiterado en varias ocasiones que su filme Un toque de pecado (2014) es un ‘wuxia’ moderno que contiene una gran cantidad de ira y frustración que conduce al ser humano a ejecutar decisiones extremas y dolorosas que perjudican la vida de sus semejantes. El personaje principal de La asesina –similar al honorable samurái japonés– posee un estricto código de ética; debe lidiar entre la moral y el sufrimiento, y constantemente está preocupada por las decisiones difíciles, sin importarle derramar lágrimas y aceptando que también debe pagar por sus errores. Al retomar uno de los períodos de mayor elegancia de la historia de China (la dinastía Tang), Hou Hsiao-Hsien construye una obra colosal; visualmente, el director taiwanés elige un formato clásico, proporción 4:3, y se apoya en la fotografía de Ping Bin Lee (Millenium Mambo, 2001) para enmarcar a sus personajes en cuadros preciosistas de tonos nostálgicos. La asesina es una sucesión de hermosas pinturas en movimiento, perfectamente equilibradas, armónicas y fabricadas con densos detalles, llenos de capas de color, profundidad y texturas. Atmósferas, ambientes, lugares y fondos conforman el elocuente placer visual que está íntimamente ligado a los conflictos internos de la protagonista. Las secuencias de batallas son elaboradas con cadencia y extrema elegancia; más que un vulgar espectáculo de violencia estilizada, se trata de coreografías dancísticas donde los cuerpos y los vestuarios se enganchan y se repudian en un juego de velocidad, habilidad física y movimiento. Otro elemento satisfactorio es el gentil y mesurado tratamiento con el que se conducen las situaciones; en lugar de hacer una insolente historia de venganza, muerte y violencia, el director subvierte el género de las artes marciales de una manera digna para otorgarle preponderancia al honor, la elección y la libertad moral. Hou Hsiao-Hsien es un autor al que le gusta tomarse su tiempo para expandir los vacíos y recurrir a los silencios extremos y permitirnos la contemplación de lo humano y la reflexión existencial.
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Fecha de estreno en México: 30 de septiembre, 2016.