Jane (Julia Garner) es una joven de la ciudad de Nueva York que espera convertirse en productora de cine algún día. Mientras tanto, recibe la oportunidad de trabajar como oficinista en una compañía de producción dirigida por un hombre poderoso. Jane está acompañada por dos asistentes masculinos (John Orsini y Noah Robbins), pero en gran parte permanece sola, con la tarea de mantener el orden profesional durante días muy largos, lidiando con el trabajo administrativo mientras intenta aprender el negocio. Cuando Sienna (Kristine Froseth) llega a la oficina afirmando ser una nueva asistente que debe reunirse con el jefe en un lujoso hotel, Jane comienza a reconstruir un patrón de comportamiento, exponiéndose a las realidades de una industria que la obliga a elegir entre quedarse callada o ser incluida en la lista negra. La asistente (The Assistant, 2019) captura “la experiencia Weinstein” desde una distancia cuidadosa, evitando la inmersión directa en el comportamiento depredador, para explorar cómo es en el exterior, donde las elecciones morales chocan con el deseo de construir una carrera profesional. La guionista y directora Kitty Green hace un trabajo extraordinario diciendo mucho con muy poco. Quizá no sucede mucho en La asistente, al menos no en el sentido convencional de acción cinematográfica, pero las estrictas restricciones bajo las cuales opera sólo aumentan su impacto emocional. La historia se cuenta en gran medida desde el punto de vista de Jane y los principales cambios tienen lugar dentro de ella y no en el mundo que la rodea. Green no proporciona respuestas o venganza con su filme; se trata, más bien, de un examen agudo del lugar de trabajo corporativo, y el prejuicio, el sexismo y la apatía que lo acompañan.
Disponible en Amazon Prime Video