Mack Phillips (Sam Worthington) superó una dura infancia y una turbia juventud para convertirse, de adulto, en un amoroso y responsable padre de familia. Él fue educado bajo los preceptos del cristianismo, pero no es tan creyente como su afable esposa (Radha Mitchell). Su poca fe se extingue cuando su hija es secuestrada y asesinada por un perverso y maniaco hombre. El trágico suceso hunde a Mack en una profunda depresión; su temperamento cambia, se convierte en una persona huraña y violenta, comienza la crisis matrimonial y paulatinamente descuida a su familia. Un día, él recibe una misteriosa carta firmada por Papa (Octavia Spencer), quien le pide a Mack que viaje a la cabaña donde encontraron el cadáver de su pequeña hija. Ahí, el hombre entra a una especie de paraíso que le ofrece la oportunidad de recuperar la esperanza y el perdón para que su vida siga adelante.
Moralista, tramposa, mal informada, peligrosa, distorsionada y superficial como los anuncios publicitarios de seguros que pregonan el “vivir es increíble”, La cabaña (The Shack, 2017) es una mediocre propuesta que se arropa en el cristianismo para principiantes, la fantasía empalagosa, la complacencia cursi y la pseudo filosofía del “sentirse bien” para confeccionar un relato en el que no importan las dificultades y tragedias que estés viviendo, siempre y cuando creas en el poder del Señor, todo saldrá bien. Basado en el best seller de William P. Young, el director Stuart Hazeldine (Exam, 2009) fabrica un mundo artificial, brillante, colorido y soleado donde el protagonista puede conversar con Papa, la encarnación de Dios, Jesús (Avraham Aviv Alush) y una especie de espíritu santo llamado Sarayu (Sumire Matsubara). Al ser un guion incapaz de ofrecer metáforas inteligentes y simbolismos audaces, los momentos de epifanías, en lugar de ser emotivos o reflexivos, son risibles y chantajistas. Las discusiones sobre la fe y la naturaleza volátil de por qué Dios permite que cosas malas le sucedan a la gente buena son repetitivas y nunca llevan a ninguna parte. La cabaña no es una llamada de atención hacia aquellos cristianos que se han alejado de las enseñanzas de la Biblia; peor aún, es un llamado de atención para permanecer por siempre cristiano a toda costa, no importa los traumas internos que el individuo esté sufriendo. La manera en que el filme aborda el tema del perdón –dejar atrás el rencor e ir con Dios– es escandalosamente hipócrita al no cuestionar las acciones del turbio pasado del protagonista, e incluso, justificándolas. Mack debe perdonar los perversos actos de los otros, el dilema recae en si lo hace o no, pero ese trayecto es trazado de manera torpe, sin un verdadero análisis sobre lo que significa el perdón.
Fecha de estreno en México: 6 de abril, 2017.